La UE subvenciona la seguridad en los túneles de las Rondas

El Ayuntamiento de Barcelona ha puesto en marcha un proyecto para realizar un protocolo de gestión del tráfico ante incidencias en los túneles de las Rondas de Barcelona. Se trata de reducir incidencias en el tráfico como consecuencia del transporte. Esta iniciativa se debe a la aplicación del programa Inmab (Interconexión de redes, puerto, aeropuerto y gestión óptima del tráfico en el AMB), “en el marco del programa de la UE de apoyo a las redes de transporte transnacionales TEN-T, que pretende mejorar la movilidad de mercancías y pasajeros en la UE para su confinamiento”.

Se trata del programa Connecting Europe Facility 2014-2020, que subvenciona hasta 1.250.000 euros del proyecto Inmab, el 50% del coste total del proyecto. La realización del protocolo que fue adjudicado el pasado 14 de diciembre costará 89.222 euros a las arcas públicas y su confección correrá a cargo de una unión temporal de empresas formada por Mcrti y por CPS Infraestructuras.

INFRAESTRUCTURAS OBSOLETAS

Según se explica en un informe interno del consistorio barcelonés, el proyecto Inmab “lleva a cabo iniciativas específicas para mejorar las condiciones de explotación de los túneles. En este sentido, se están llevando a cabo diversas actuaciones que afectan al nivel de equipamiento, aspectos organizativos y funcionales de los mismos”. Y señala más adelante que “dentro del apartado de mejora de la funcionalidad y la seguridad, se considera cabal que los túneles de las Rondas (que son el objeto del proyecto Inmab) cuenten, entre otros, con un protocolo de gestión del tráfico de la red viaria, ante incidencias o restricciones temporales de su capacidad”.

En el pliego de prescripciones técnicas se explica detalladamente que “superados ya los 23 años de la puesta en servicio de este conjunto viario, se puede constatar obsolescencia en algunas de sus infraestructuras y la existencia de importantes problemáticas”. De ahí que se quiera “mejorar la funcionalidad, la seguridad y la sostenibilidad del tráfico dentro del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) y, por tanto, reducir la congestión, la contaminación y el ruido”. En lo relacionado con los túneles, en la actualidad ya se están llevando a cabo algunas actuaciones que afectan “al nivel de equipamiento, aspectos organizativos y funcionales de los mismos”.

Accidente en un túnel de la Ronda Litoral / @ANTIRADARCATALA

FORTALECER EL CENTRO DE CONTROL DE TÚNELES

Señala este documento que “es evidente que los túneles constituyen elementos de especial atención en cuanto a las garantías de máxima seguridad que exige la normativa. Por eso, se equipan con sistemas de control y alerta muy estrictos. Actualmente, está en marcha la implantación de un Centro de Control específico de los túneles urbanos de la ciudad de Barcelona, que velará por las condiciones de seguridad en estos túneles. Es preciso dotar a este centro de todas las herramientas tecnológicas y de todos los instrumentos de coordinación que permitan mejorar su eficiencia”.

El punto más caliente de la red viaria son, precisamente, los túneles de las Rondas y de ahí que el consistorio quiera un protocolo ante “incidencias o restricciones temporales de su capacidad” que puedan producirse. “En el presente contrato se pretende definir y elaborar un protocolo de actuaciones sobre la red viaria que se pueda ver afectada por la ocurrencia de una incidencia o restricción en cualquiera de los túneles de las Rondas de Barcelona. Adicionalmente, se identificarán y tendrán en cuenta en el alcance del protocolo aquellos tramos que no se encuentran en túnel (normalmente, en trinchera), en los cuales cuando se produce una incidencia o reducción temporal de la capacidad, ésta tiene un impacto importante sobre la movilidad de la red. En el protocolo se reflejarán una serie de escenarios y medidas de actuación para minimizar el impacto de la incidencia, garantizando las condiciones máximas de seguridad”.

En resumen, de ese estudio deberán salir las soluciones a los problemas de tráfico en las Rondas, ya sea modificando los actuales protocolos o implantando nuevos elementos, como otros sistemas de gestión de tráfico, modificaciones en las infraestructuras o señalizaciones, por ejemplo. Las empresas adjudicatarias tendrán un plazo de 10 meses para tener confeccionado el protocolo.