El RACC pasa de sus socios y se esconde en la guerra contra el coche de Colau

El vehículo privado vive su peor momento en Barcelona. El gobierno municipal, liderado por Ada Colau, no deja de multiplicar las trabas a los conductores en la capital catalana. Polémicas pacificaciones, supresión de carriles y restricciones de circulación como la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) dificultan cada día más el tráfico en la ciudad.

Ante la indefensión a la que se enfrentan los automovilistas, muchos han optado por unirse a diversos colectivos --algunos de reciente creación-- para protestar por las medidas que se están tomando. Otros conductores, e incluso algunos de los nuevos grupos, también han buscado una defensa en el Reial Automòbil Club de Catalunya (RACC) y en su presidente, Josep Mateu i Negre. Esta organización histórica ha decepcionado por su escasa defensa del vehículo privado y su acercamiento a los posicionamientos de la administración barcelonesa en un momento crítico.

INMOVILISMO

La Plataforma de Afectados por las Restricciones Circulatorias (PARC) denuncia el "inmovilismo del RACC" ante cuestiones que afectan al vehículo privado como la Zona de Bajas Emisiones, que "es arbitraria y perjudica a los que menos tienen", según la plataforma. El colectivo asegura que el club "hace años que ha perdido su razón de ser", así como que "siempre se ha alineado con la Administración".

Cartel de Zona de Bajas Emisiones en la Ronda de Dalt / AJ BCN

Desde el Club Clàssics Barcelona Ciutat critican que el RACC no esté "defendiendo a los automovilistas", y expresan su sorpresa ante esta posición: "Un club como el RACC, con una buena posición, no planta cara y se dedica a todo menos a lo que se tendría que dedicar". Se muestran sorprendidos por la nula defensa que hacen de los coches clásicos.

Socios del RACC aseguran a Metrópoli no sentirse "defendidos" por su propio club y lamentan que esté más preocupado por diversificar su negocio mediante el incremento de la oferta de servicios que en el trato a sus propios socios.

LOS CLÁSICOS, OLVIDADOS

El Club Històrics denuncia que el RACC "no ha querido posicionarse" sobre los vehículos clásicos y las restricciones que éstos sufren. "Echamos en falta que tengan un posicionamiento claro respecto a los coches afectados por la Zona de Bajas Emisiones con la fuerza que tienen como club", explican desde el colectivo.

Atascos en Barcelona / EFE

Según ha podido saber este medio, otros dos clubes de clásicos de Barcelona que prefieren mantener el anonimato critican el "pasotismo" que tiene el club catalán respecto a este tipo de automóviles, e inciden en que no ha "hecho caso" a sus peticiones.

La postura del RACC respecto a este tipo de vehículos contrasta con la del Real Automóvil Club de España (RACE), que sí se ha preocupado por defender a los socios que poseen coches de estas características.

CARRIL BUS Y MOTOCICLETAS

El debate sobre la circulación de motocicletas en los carriles bus no es una opción para el RACC, que en 2011 desaconsejó que se permitiera el paso de los vehículos de dos ruedas por estos carriles en Barcelona.

En un informe titulado Carril bus (-moto)?, el club concluyó que no se debía modificar la regulación del carril bus "para permitir que también puedan circular motos", ya que el cambio tendría "más costes que beneficios".

Concretamente, el RACC apuntó que permitir el paso de motocicletas por el carril bus podría significar un "aumento significativo del número de accidentes de moto y de su gravedad, un aumento de la cifra de infracciones por exceso de velocidad por parte de las motos y una reducción de la velocidad de circulación de los autobuses".

Sede del RACC en Barcelona

¿DÓNDE ESTÁ EL PRESIDENTE?

El actual presidente del RACC es Josep Mateu i Negre, que fue reelegido el pasado año para un nuevo mandato de cuatro años. El líder del mayor club automovilístico de Cataluña se ha caracterizado hasta la fecha por una defensa prácticamente inexistente del vehículo privado pese a la guerra declarada por el Ayuntamiento de Barcelona.

Los escasos pronunciamientos de Mateu han tenido un carácter muy tibio, pasando desapercibidos y tratando por encima de todo de no molestar en exceso a los comunes por sus decisiones en materia de movilidad. Una postura incomprensible para sus socios, que hasta la fecha reservan las críticas para el ámbito privado.

Una posición que contrasta con la del presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, que sí que ha expresado su crítica contra las políticas de movilidad de Colau. El líder de la patronal no ha dudado en pedir públicamente a la alcaldesa que "no criminalice el uso del vehículo privado y las motos", lo que no ha hecho que abandone su compromiso en la lucha contra el cambio climático.