La sentencia del TSJC que tumba la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) ha dejado en evidencia las carencias de esta polémica medida. A falta de que el Tribunal Supremo (TS) ratifique el fallo, el alto tribunal catalán apuntó, entre sus consideraciones, que la restricción abarca un ámbito geográfico excesivo, se excede en la afectación de vehículos y cuenta con otras deficiencias en su elaboración.
Madrid vivió, el año pasado, una situación similar a la de la capital catalana. El Supremo tumbó de forma definitiva la ordenanza que sostenía el proyecto de Madrid Central, una iniciativa que la exalcaldesa Manuela Carmena defendió como una medida estrella para luchar contra la contaminación y acabó resultando un fracaso.
Tras este revés judicial, el gobierno de la capital española trabajó en el actual Madrid 360, una iniciativa enfocada a la sostenibilidad ambiental de la ciudad que reformula la Zona de Bajas Emisiones de forma mucho más moderada y ofrece un programa de potentes ayudas a los madrileños que adquieran un vehículo menos contaminante.
CIRCULACIÓN PARA VECINOS
El calendario de implantación de la ZBE en Madrid es mucho más gradual que el de Barcelona, y cuenta con excepciones para los residentes. Mientras que en la capital catalana todos los vehículos sin distintivo ya tienen restricción de circulación, las personas empadronadas en la ciudad cuya alcaldía ostenta José Luis Martínez-Almeida podrán moverse libremente sin necesidad de adhesivo hasta el 31 de diciembre de 2024.
Además, hasta esa misma fecha todos los camiones, furgonetas, motocicletas y ciclomotores tienen autorización de acceso y circulación. Las restricciones en la ciudad tan solo afectan, desde el pasado 1 de enero, a los turismos de no residentes en Madrid.
La capital española respeta a los clásicos. A diferencia de Barcelona, los vehículos matriculados como históricos sí podrán seguir circulando sin limitaciones en la ZBE de Madrid. Para aquellos que disponen el distintivo B, tampoco hay restricciones previstas.
AYUDAS PARA VEHÍCULOS
El gobierno municipal de Almeida aprobó, a finales del pasado año, un potente plan de ayudas para todos aquellos vecinos que adquieran un vehículo menos contaminante. En función de la adquisición que realicen, los madrileños pueden beneficiarse de una subvención que asciende hasta los 8.500 euros.
Los vecinos que compren un vehículo con etiqueta 0 pueden percibir 6.000 euros, mientras que los que opten por el adhesivo ECO disponen de una ayuda de 3.000 euros. En caso de achatarrar un automóvil sin distintivo ambiental, estas cantidades se incrementan en 2.500 euros extra.
La compra de un vehículo de combustión también será bonificada por el gobierno local de Madrid. En este caso, se subvenciona con 2.500 euros con la condición de que se entregue otro sin distintivo para achatarrar. Este plan supone, en total, una inversión de 5,5 millones de euros, tal y como explica el consistorio madrileño.
T-VERDE EN BARCELONA
La ambiciosa propuesta de Madrid para reducir la contaminación de su parque móvil contrasta con el incomprensible incentivo de Barcelona que, lejos de estar enfocado a una renovación de la flota, apunta a la eliminación de coches de la ciudad.
El barcelonés que desguace su coche sin etiqueta ambiental puede tener acceso, a cambio, a una T-Verde. Esta tarjeta permite hacer uso del transporte público sin coste durante tres años. Finalizado este periodo, el usuario deja de disponer de esta bonificación y paga el servicio como cualquier otro.
MORATORIAS FINALIZADAS
Mientras que en Barcelona ya han finalizado las moratorias que permitían circular por la ZBE a determinados vehículos, colectivos como los transportistas tendrán libre acceso a la capital española hasta 2025 según la planificación actual.
La capital catalana, además, ya ha puesto en el punto de mira a los vehículos que disponen de adhesivo B. Pese a que el gobierno municipal ha descartado su restricción este año, la intención de los comunes pasa por lograr su restricción lo antes posible.
En este sentido el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, quiso tranquilizar a los barceloneses hace dos semanas al asegurar que "no es el momento" de establecer esta limitación: "Después de la pandemia, la crisis y la gran subida de los carburantes no dejaremos atrás al 40% de personas que tienen vehículos con etiqueta amarilla y no pueden cambiarlo".
NIVELES DE CONTAMINACIÓN
Cabe destacar que, pese a que la normativa barcelonesa es mucho más estricta y excluyente que la puesta en funcionamiento en Madrid, los niveles de NO2 son superiores en la capital española.
Así se desprende de un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), que indica que el área metropolitana de Madrid cuenta con una media anual de 39,2 µg/m3 de NO2, mientras que en el AMB el valor es inferior, con 38,9 µg/m3.