El túnel de Glòries en sentido Llobregat abrirá a la circulación la noche del sábado al domingo del 2 al 3 de abril. El objetivo del Ayuntamiento de Barcelona es que la infraestructura esté plenamente operativa a las 08.00 de la mañana del domingo. De esta forma, culminarán unos trabajos de perforación y puesta al día que han tardado casi siete años en terminarse: arrancaron con Xavier Trias de alcalde en 2015 y acaban con Ada Colau al frente de la ciudad. El tráfico en sentido Besòs está en funcionamiento desde el 6 de noviembre.
El gerente de Infraestructuras y Movilidad del consistorio, Manuel Valdés, advirtió el jueves que las primeras semanas probablemente se producirán retenciones, especialmente durante las horas punta de los días laborables. Esto sucederá, en parte, porque ahora, en sentido Llobregat, los vehículos disponían entre tres y cuatro carriles, según las zonas, para moverse. El túnel, en cambio, dispone de tres carriles, pero uno es para el transporte público. El Ayuntamiento aconseja hacer uso del transporte público y planificar los desplazamientos.
Hace unos días, el exconcejal de Arquitectura del Ayuntamiento de Barcelona y arquitecto, Daniel Mòdol, dijo en una entrevista en Metrópoli, ante la apertura de la circulación del túnel hacia el centro, que será un momento recordado de esta ciudad. "Esta era una intervención estratégica que se planteó con otra solución de túnel, sobre todo intentando que el impacto sobre la movilidad fuera el mínimo posible. La solución que se ha adoptado finalmente es la que tiene más impacto. Es la que menos conexiones tiene. Es una vía directa de entrada a la ciudad. Vamos a tener colas y colas de coches"
LA PLAZA DE LAS GLÒRIES, SIN CIRCULACIÓN
El soterramiento de la circulación comportará alteraciones del tráfico en superficie, lo que puede ser otro de los elementos que provoquen atascos. La principal novedad que se implanta es la eliminación de los carriles en superficie que quedaban en la Gran Vía, entre las calles de Bilbao y Padilla. En este tramo solo se permitirá el desplazamiento por los laterales a los vehículos de los vecinos, servicios, transporte público y de emergencias. Esta afectación es para los tramos de Bilbao-Independència y de Castillejos-Padilla). En la plaza de las Glòries, propiamente, se veta totalmente el tráfico privado y solo permitirá el paso de peatones, bicicletas y transporte público [ver aquí la nota de prensa del Ayuntamiento de Barcelona].
SEMÁFOROS
Con la nueva configuración vial los vehículos que circulen por el túnel, al salir, tendrán la opción de subir por la calle de Padilla (carril derecho) o bien por la calle de la Marina (carril central). En línea recta por la Gran Vía, desde el carril izquierdo, sólo podrán circular los autobuses. Antes de entrar en el túnel, a la altura de la rambla del Poblenou, habrá una salida hacia el lateral de la Gran Vía exclusiva para los autobuses y los taxis. En este punto se mantendrá el actual semáforo con un doble objetivo: permitir la maniobra en autobuses y taxis para acceder a su rampa de salida desde el carril bus situado a la izquierda; y regular el tráfico que entra en el túnel con criterios de seguridad. El resto de vehículos que circulen por la C-31 y quieran acceder al lateral de la Gran Vía tendrán que utilizar la salida 207 Bac de Roda/Poblenou. Los conductores en sentido Llobregat se encontrarán también un semáforo en la salida del túnel tras una rampa de subida. En principio, las retenciones en el túnel no deberían ser importantes porque los dos semáforos, de entrada y salida, estarán coordinados.
Las modificaciones provocarán la eliminación del actual giro desde el ámbito central de la Gran Vía en sentido Llobregat hacia la calle de la Independència, convertida los últimos años en una autopista por el interior del Clot. Los vehículos que utilizaban este itinerario para conectar con la calle de Aragó tendrán dos opciones: salir por la salida 207 Bac de Roda/Poblenou, continuar por Bac de Roda y después girar hacia Aragó o Mallorca; o bien seguir en la C-31 hacia el interior del túnel y llegar a Aragó a través de Padilla o Marina. La calle de la Llacuna quedará sin conexión con la Gran Vía en sentido Llobregat y únicamente quedará operativo un carril para acceder al lateral mar, en sentido Besòs (vados y servicios). En el tramo entre la calle de Perú y la Gran Vía, la calle Llacuna se pacificará y permitirá la circulación únicamente para uso vecinal y para acceder a la zona de carga y descarga del centro comercial.
UN RADAR CONTROLARÁ LA VELOCIDAD
El nuevo túnel tiene cerca un kilómetro de longitud -957 metros y 1.157 si se tienen en cuenta las rampas de acceso-, y una boca independiente de circulación para cada uno de los sentidos del tráfico, entre la calles de Padilla y la rambla del Poblenou. La velocidad en el túnel estará limitada a 50 km/h. El Ayuntamiento tiene previsto que un radar de tramo -para todo el recorrido- controle la circulación de los vehículos en los dos sentidos. El radar estará operativo desde el mes de mayo, pero no se empezará a multar hasta agosto.
Cuando los trabajos acaben habrán transcurrido cerca de siete años desde el inicio, en 2015, y 11 desde el encargo del proyecto constructivo (con Jordi Hereu al frente de la ciudad). En abril 2017, con Colau en el Ayuntamiento, el consejo de administración de BIMSA (Barcelona de Infraestructuras Municipales) rescindió el contrato con la UTE encargada de las obras por sobrecostes y retrasos. Antes de finalizar la remodelación, el Ayuntamiento estima que el coste total rondará los 192 millones.
UN MILLÓN DE HORAS DE TRABAJO
El proyecto se paralizó durante cerca de un año y se volvió a adjudicar en cinco lotes distintos, con el objetivo de que no recayera en manos de una única empresa. Las obras se retomaron en marzo de 2018. Tenían que haber acabado durante el primer trimestre de 2021, pero se paralizaron durante tres meses por el confinamiento del coronavirus durante la primera ola de la pandemia. La construcción del túnel ha beneficiado directamente a 22 empresas relevantes que han empleado más de un millón de horas de trabajo, según las estimaciones municipales [ver aquí la nota de prensa].
60.000 METROS CUADRADOS DE MUROS PANTALLA
La construcción del túnel ha sido una de las obras de mayor complejidad que se han hecho en la ciudad, asegura el Ayuntamiento. En el tramo más profundo, el túnel llega a los 25 metros por debajo de la rasante de la plaza, y transcurre bajo las cuatro infraestructuras ferroviarias que atraviesan Glòries -tres líneas de Cercanías y la L1 de metro-. Para garantizar la estabilidad, los operarios, unos 150 al mes (el pasado verano murió un trabajador), han ejecutado unos 60.000 metros cuadrados de muros pantalla, algunos de ellos de 54 metros de profundidad, que equivaldrían a un edificio de 17 plantas, y han bombeado unos 25.000 metros cúbicos de agua al día.
El cambio en la configuración vial responde a un trabajo iniciado hace más de una década y da respuesta a las demandas expresadas por los vecinos en el marco del Compromís per Glòries, firmado con Hereu de alcalde entre el Ayuntamiento y las entidades vecinales. La nueva configuración supondrá una mejora para el transporte público, que sumará un carril específico de entrada a Barcelona a su paso por Glòries. Al igual que el túnel en sentido Besòs, el sentido Llobregat contará también con un nuevo tramo de carril bus que permitirá que los autobuses que vengan del carril bus de la C31 puedan enlazar con el de la Gran Vía, atravesando Glòries y llegando hasta en el centro de la ciudad con un carril.
UNOS 78.000 VEHÍCULOS DIARIOS EN LOS DOS SENTIDOS
Antes del inicio de la construcción del túnel, las obras derribaron el anillo viario de Glòries. Antes de la demolición pasaban por Glòries unos 95.000 vehículos diarios. Ahora son unos 78.000 vehículos diarios, 43.000 en sentido Llobregat y 35.000 en sentido Besòs.
El soterramiento de la mayor parte del tráfico de la plaza de les Glòries permitirá ganar para usos ciudadanos uno de los centros que Ildefons Cerdà diseñó para Barcelona, la confluencia de la Gran Vía con la Meridiana y la Diagonal. La primera fase del nuevo parque de Glòries abrió en abril de 2019, unos 20.400 metros cuadrados de pulmón verde. En 2021 fue aprobado el plan que desarrolla, a nivel urbanístico, el espacio de la plaza entre las calles de Castillejos, Badajoz-Independència, Consell de Cent y el parque de la Canòpia. El plan ordena los usos de este ámbito -que contará con equipamientos públicos, viviendas y verde- y permitirá ejecutar dos hectáreas de parque, hasta la calle del Consell de Cent.
Las obras de Glòries todavía tardarán en estar totalmente acabadas. Mòdol prevé que entre 15 y 20 años. "Empecé a trabajar en Glòries en 2003. La modificación del Plan General Metropolitano es de 2006. Deben quedar entre 15 y 20 años para tenerlo todo acabado. Quedan piezas por resolver. De Consell de Cent para abajo, donde tiene que ir la vivienda privada, hay trabajo por hacer. Está a nivel de planeamiento, con lo cual el nivel de desarrollo tardará. También hay que decidir qué se hace donde iban los edificios Ona y Zócalo. Es posible que veamos modificaciones en edificios antes de que la plaza esté acabada".