Descartada la rebaja de la T-Usual planteada por Colau

El precio de la T-Usual no se rebajará a la mitad, tal y como había planteado Ada Colau. La alcaldesa de Barcelona había sugerido esta medida, que limitaba a un periodo de tres meses, para compensar el encarecimiento de los carburantes. Pero después de que el Parlament de Catalunya rechazase en abril una moción de En Comú Podem para la reducción del 50%, la Autoritat del Transport Metropolità (ATM) ha enterrado definitivamente la propuesta.

Así lo avanza este jueves betevé, que explica de fuentes de la ATM que para que la rebaja de la T-Usual a la mitad tirase para adelante debía superar primero el trámite parlamentario. Algo que finalmente no ocurrió, ya que únicamente votaron a favor los comunes, la CUP y el PP; en contra ERC, JxCat y Vox; y PSC y Cs se abstuvieron. Con el 'no' de la cámara catalana, la propuesta ha quedado finalmente descartada.

EL TÍTULO DE UNA ZONA, DE 40 EUROS A 20

El pasado 30 de marzo, Colau anunció por sorpresa en TV3 que iba a proponer una rebaja en el precio de la T-Usual. Se trata del título de transporte individual que permite realizar viajes ilimitados durante 30 días. La tarjeta de una zona vale actualmente 40 euros, y con el descuento propuesto por la alcaldesa pasaría a tener un coste de 20 euros. También saldrían por la mitad los títulos de dos zonas (de 53,85 euros a 26,93 euros), de tres zonas (de 75,60 a 37,80), de cuatro zonas (92,55 a 46,28), de cinco zonas (106,20 a 53,10) y de seis zonas (113,75 a 56,88).

CRÍTICAS DE LA GENERALITAT Y EL GOBIERNO

Pero el anuncio de Colau enseguida fue tachado de "electoralista" por parte de Jordi Puigneró, vicepresidente de la Generalitat y presidente del consejo de administración de la ATM. Tras la entrevista de la alcaldesa, dijo que tenía "un punto de irresponsable", puesto que la propuesta no había sido consensuada. También cuantificó en 50 millones de euros la inversión necesaria para rebajar la T-Usual, y le recriminó que "las cosas no se hacen así".

Una censura que llegó también de parte de la ministra de Transportes y Movilidad, Raquel Sánchez, al considerar que Colau no podía plantear públicamente la rebaja sin consensuar antes la medida. El riesgo, a su juicio, era “crear frustraciones por expectativas que no se cumplen”.

De todos modos, y a pesar de las críticas de los gobiernos catalán y español, la ATM acordó estudiar la propuesta en la mesa de financiación, de la que forman parte el Área Metropolitana de Barcelona, la Generalitat y el Ayuntamiento. Un planteamiento que finalmente ha quedado en nada.