Trias ha reclamado este viernes al alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, que reactive y ponga en funcionamiento los 50 autobuses eléctricos aparcados en un almacén de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), en la Zona Franca. Unos vehículos que llevan meses sin dar servicio, circulando sin pasajeros para preservar su integridad mecánica, tal como avanzó en exclusiva Metrópoli esta semana.
Se trata de un problema crónico de la Administración barcelonesa, que a pesar de la decidida apuesta por vehículos no contaminantes no ha logrado crear una red efectiva de suministro en la ciudad. El portavoz de Trias por Barcelona, Jordi Martí, y la concejala Francina Vila, creen que faltan puntos de carga eléctrica para los autobuses, por lo que concluyen que "no existe una red efectiva y bien implementada de suministro en la ciudad".
PROBLEMA CRÓNICO
La mayor parte de los autobuses fueron comprados a Solaris (filial del grupo CAF) y a China entre los meses de julio y agosto del año pasado con el objetivo de renovar la flota con vehículos de mayor eficiencia y menos contaminantes que los que tiene la compañía barcelonesa. Algunos de los vehículos han tenido que pasar su primera ITV sin haberse puesto ni siquiera puesto en circulación mientras se utilizan coches de más de 20 años de antigüedad.
La compañía, mientras tanto, ha de mover los coches porque de lo contrario su sistema se deteriora. A los autobuses eléctricos aparcados en las cocheras, además, les falta lo que se llama el “chip interno” de TMB, que es el sistema que hace un seguimiento del vehículo y que sirve también para controlar las tarjetas y los pagos. Una ausencia que el equipo de Trias también ha criticado, considerando importante su colocación.