Barcelona y el AMB dan un portazo a la creación de un 'sharing' de patinetes eléctricos

El patinete eléctrico compartido no circulará en Barcelona. Tanto el Ayuntamiento como el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) se muestran tajantes respecto a esta cuestión, lo que impedirá que la ciudad disponga de una oferta de sharing a diferencia de capitales europeas como Berlín y Estocolmo. Tampoco se seguirán modelos como el de Londres, donde se mantiene una prueba piloto para determinar el futuro de este servicio.

Mientras el consistorio barcelonés ha confirmado esta semana su rechazo a esta actividad en la ciudad por motivos de ocupación del espacio público, el ente metropolitano evita impulsar un servicio público y mantiene su única apuesta por la bicicleta eléctrica compartida con estaciones repartidas por una quincena de municipios cercanos a la ciudad.

ESPACIO PÚBLICO TENSIONADO

La concejal de Movilidad, Laia Bonet, confirmó hace escasos días que el sharing de patinetes eléctricos no será una opción en Barcelona. En una entrevista para El Periódico, la edil señaló que el gobierno municipal está "ordenando la movilidad", por lo que no se puede permitir "ver patinetes ocupando las aceras y plazas por toda la ciudad".

Usuaria de un patinete eléctrico en Barcelona / HUGO FERNÁNDEZ

La regidora socialista insistió en los casos de incivismo vividos en ciudades que cuentan con este servicio, con ejemplos como vehículos "tirados por las aceras y dificultando el paso", por lo que concluyó que la capital catalana no puede asumir un incremento de VMP mediante la modalidad de sharing.

Por contra, la ciudad sí mantiene su opción de Bicing mecánico y eléctrico compartido, que cuenta con más de 500 estaciones, pese al déficit que ha arrastrado a lo largo de los últimos años.

SIN PLANES EN EL AMB

La posibilidad de instaurar un servicio público metropolitano tampoco está sobre la mesa. Así lo aseguran fuentes del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) a Metrópoli, al destacar que no está prevista la puesta en marcha de una oferta de esta tipología en los municipios barceloneses.

La apuesta por la movilidad sostenible colectiva se mantiene en el AMBici, una iniciativa estrenada a principios de este año para facilitar la movilidad eléctrica ciclista entre los municipios que rodean Barcelona. Este servicio está disponible en 15 localidades metropolitanas, a la espera que se incorporen otras dos en las que los vehículos aún no han llegado: L'Hospitalet y Sant Adrià de Besòs.

Al tratarse de servicios distintos, aquellos usuarios que quieran hacer uso de la bicicleta eléctrica en la capital catalana y los municipios de su alrededor deben abonarse a Bicing y AMBici de forma independiente. Igual que en Barcelona, los municipios metropolitanos tampoco cuentan con opciones de patinete eléctrico operadas por empresas privadas.

El vicepresidente del AMB, Antoni Poveda, junto a representantes de municipios con AMBici en una estación del servicio / METRÓPOLI - RP

'SHARING' METROPOLITANO

Los usuarios barceloneses de patinetes lamentan no disponer de un sharing metropolitano. Así se desprende de un estudio realizado por el RACC, en el que ocho de cada diez encuestados valoraron negativamente la inexistencia de este servicio en la capital catalana y sus accesos.

El presidente del club automovilista, Josep Mateu, defendió el establecimiento de un sistema de patinete compartido tras presentar este informe. "Si está bien ordenado y planificado, como en otras ciudades europeas, Barcelona lo debería tener. El patinete va al alza en usuarios", aseguró.

Respecto a la prohibición de acceder al transporte público con patinete, que se mantendrá al menos hasta el próximo 1 de noviembre en caso de que no haya una prórroga, el RACC se mostró favorable a la finalización de esta restricción, cuyas sanciones, en caso de incumplimiento, ascienden hasta los 200 euros.

MÁS DE 13.000 PATINETES

Tras los intentos fallidos de otros operadores privados por ofrecer su servicio en la ciudad, la compañía Lime ha realizado un estudio sobre micromovilidad en las principales ciudades europeas, en el que trata el caso de Barcelona. Según la empresa estadounidense, la capital catalana necesitaría 13.685 patinetes de sharing para cubrir su demanda.

En el texto, Lime lamenta que Barcelona no haya dado los primeros pasos hacia la construcción de un marco regulatorio básico para los VMP, lo que ha permitido la expansión sin control del patinete privado, con el crecimiento desordenado y excesivo que ello conlleva. La compañía asegura que, si se permitiera la actividad de los operadores de sharing, estos podrían gestionar el uso y el estacionamiento de los vehículos, además de resolver incidencias para lograr una micromovilidad integrada, ordenada y segura.

Patinete eléctrico de Lime / LIME

La empresa es crítica con el consistorio barcelonés, y lamenta que las principales sociedades del sector de la movilidad sostenible y operadoras de servicios de patinetes no forman parte de la Mesa de la Movilidad Sostenible pese a haber reclamado su presencia en numerosas ocasiones.

ORDENANZA DE CIRCULACIÓN

La modificación de la Ordenanza de Circulación para la regulación del patinete se encuentra aprobada de forma inicial desde finales del pasado mandato. Pese a ello, aún queda pendiente el visto bueno definitivo para que los cambios entren en vigor, aplazado sine die.

Entre las cuestiones indicadas en el texto de la ordenanza, se señala que los VMP pueden tener uso de transporte personal o de mercancías, prohíbe la circulación sobre las aceras y obliga a los usuarios de estos vehículos a utilizar el casco. También limita la velocidad de circulación de los patinetes eléctricos a un máximo de 25 kilómetros por hora, reduciendo este límite hasta los 10 kilómetros por hora en caso de circular por carriles bici señalizados en aceras y parques públicos.

En el caso de los VMP destinados al transporte de mercancías, la normativa municipal prevé que estos puedan estacionar en las zonas de carga y descarga y en los espacios destinados al aparcamiento de bicicletas. La modificación también da luz verde a que paren en aceras de más de tres metros de ancho, siempre y cuando no se disponga de espacio habilitado a tal efecto en la calzada.