El metro de Barcelona vuelve a sufrir la lacra de los grafiteros. Un grupo de vándalos atacaron ayer la L1 del metro de Barcelona a altas horas de la noche, lo que provocó afectaciones al servicio y atemorizó a los usuarios que estaban presentes.
El grupo se presentó con la cara tapada en el suburbano barcelonés, y comenzó a pintar el convoy. En un momento de tensión, uno de los delincuentes se puso a chillar y a golpear el vehículo, ante el terror de los usuarios, que sólo querían poder regresar a su casa.
UNA SEMANA DESPUÉS DEL MAYOR ATAQUE
El ataque llega una semana después de que el suburbano barcelonés sufriera uno de los mayores ataques de su historia. Hace una semana, otro grupo de vándalos grafiteros se coló en la L5 del metro y detuvo su circulación mientras llenaba los trenes de pintadas, ante la inacción de los servicios de seguridad de TMB.
Para luchar contra esta clase de delincuencia, TMB adjudicó a la empresa madrileña Axians el mantenimiento de su red de videovigilancia por 6,1 millones de euros. El contrato permite mantener operativo todos los sistemas de videovigilancia de la red ferroviaria, incluida la L9, así como el control de accesos, la megafonía, los servicios ofimáticos y los de información.
A LA ESPERA DE LA GRAN LICITACIÓN
TMB prepara, mientras tanto, el anuncio de la gran licitación de su seguridad, que se publicará este mismo 2023. Fuentes del sector afirman que "debería incluir un incremento de la seguridad privada sin precedentes, pues la policía nunca baja al metro".
Mientras, los robos, los delitos de odio y las agresiones sexuales continúan incrementando en el suburbano, y desde los sindicatos aseguran estar desbordados. "Los delincuentes campan a sus anchas por el metro: es su paraíso", apuntan. "Lo peor es que los delitos se han normalizado: nadie se escandaliza ya ante todo lo que pasa".