Éxito en el experimento que ha llevado Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) para reducir el número de usuarios que cruzan las vías del metro. La operadora de transporte metropolitana, con el objetivo de evitar el incivismo y los accidentes en el suburbano barcelonés, colocó a finales de 2022 redes en la estación de Catalunya de la L1.
Tras casi dos años estudiando los resultados, el último estudio elaborado por la operadora certifica que se ha reducido este comportamiento en un 75% --siempre en la céntrica estación barcelonesa--.
Esta parada, concretamente, tiene una particularidad, pues una gran pared medianera separa los andenes de la línea. No obstante, estas siguen conectadas por grandes agujeros con forma de arcos de medio punto. A través de ellos, es relativamente común que algunos usuarios bajen a la vía, ya sea con propósitos vandálicos, para coger un objeto caído o para cruzarla de andén a andén. Ello supone un riesgo para la vida de los propios usuarios --que pueden sufrir un atropello-- pero también para la eficiencia de la movilidad del suburbano.
Eficiencia comprometida
Y es que cada vez que se detecta este comportamiento, TMB ha de parar la circulación hasta que el usuario salga de la zona. Así, surgen problemas de frecuencia de paso de los trenes y retrasos.
En 2019, la operadora detectó 29 casos, que se redujeron a 7 para 2023. En lo que va de año, se han detectado solo 3 bajadas de vías en la estación, una de las más concurridas de, a su vez, una de las líneas más utilizadas por los usuarios en la capital catalana.
Mejora de la frecuencia de paso
Según el estudio realizado por la corporación, que depende del Ayuntamiento de Barcelona, la instalación de las redes --al frenar los cruces de vías-- mejora la frecuencia de paso de los convoyes.
En 2019, este tipo de incidencias provocó 44 minutos de paradas en todo el año, que se convirtieron en 10 para 2023 y ocho en 2024. La empresa, además, ha detallado que no se tienen en cuenta los resultados de 2020 y 2021 por la influencia de la pandemia del Covid-19.
Del mismo estudio destaca que los resultados mencionados se circunscriben solo a la estación de la L1 de Catalunya. La primera línea del suburbano barcelonés cuenta con unas 30 estaciones y la red completa, con unas 200.
Campañas de concienciación
Ahora, el reto para la entidad está en reducir a cero las bajadas a las vías, tal y como ha planteado en rueda de prensa la primera teniente de alcalde, Laia Bonet. Para ello, el consistorio debe hacer frente no solo a aquellos que buscan cruzar las vías, sino a los que llevan a cabo actos vandálicos y, para ello, bajan y se adentran en los túneles.
Para lograrlo, el primer paso son las campañas de concienciación difundidas a través de redes sociales del suburbano. Estas pasan de las ya conocidas, que indican que ante la caída de algún objeto hay que avisar por los interfonos ubicados en cada estación hasta la más novedosa: Baixar a la via no és la via, con la que se busca enfatizar el peligro de muerte que entraña cada vez que un usuario baja del andén.