Un agente de la Guardia Urbana en un desahucio, en una imagen de archivo / EUROPA PRESS

Un agente de la Guardia Urbana en un desahucio, en una imagen de archivo / EUROPA PRESS

Nou Barris

El Ayuntamiento manda a los antidisturbios para un desahucio que acaba suspendiendo

Se trata de una familia monoparental de Nou Barris con dos hijos menores de edad

28 enero, 2021 17:28

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Lío en Nou Barris por el desahucio de una familia monoparental que finalmente ha sido suspendido. Y es que el Ayuntamiento de Ada Colau ha enviado varias furgonetas de antidisturbios de la Guardia Urbana para desalojarlos de una vivienda en el número 70 de la calle Llobera, en Les Roquetes, antes de decidir frenar esta expulsión en plena pandemia.

Según ha explicado el Sindicato de Vivienda de Nou Barris en un comunicado en redes sociales, los ocupantes se establecieron en el piso “engañados” por una mafia que les había vendido las llaves. Por si esto no fuese suficiente, el apartamento es propiedad del consistorio y ya había sido adjudicado a otra familia en la Mesa de Emergencia, por lo que necesitaban que se fueran.

Además, los activistas antidesahucios aseguran que se trata de una familia con dos menores de edad. Por todo esto, este jueves por la mañana han exigido la retirada de los antidisturbios, que los ocupantes se pudiesen quedar hasta que lleguen los nuevos inquilinos y que las autoridades inviertan en perseguir a las mafias los mismos esfuerzos que gastan en echar a familias vulnerables de casa.

LA FAMILIA SE QUEDA

Tras la actuación inicial de la Guardia Urbana, el Ayuntamiento ha decidido paralizar la operación para desahuciarlos y ha aprobado que la familia se queden en el inmueble por el momento.

SEGUNDO DESAHUCIO POLÉMICO EN DOS DÍAS

Este martes, otra mujer fue desahuciada en Nou Barris. En este caso, la operación si que se echó para adelante. La desalojada tiene 52 años, va en silla de ruedas y está diagnosticada de diabetes. Hacía diez años que ocupaba un local propiedad de un pequeño tenedor. Esta era la tercera ocasión que intentaban sacarla del local. En las dos ocasiones anteriores, su estado de salud sirvió para frenar los desahucios. El Ayuntamiento la ha realojado en una pensión