Vecinos de Torre Baró (Nou Barris) han clamado este jueves contra el Ayuntamiento de Barcelona por la adjudicación de un polémico lote de Viviendas de Protección Oficial (VPO) del que muchos de los habitantes del barrio no se han visto beneficiados. Se trata de unos de 240 pisos de régimen protegido y tan solo tres han caído manos de familias de Torre Baró. Aseguran sentirse desplazados de su propio vecindario, una guinda para un pastel cargado de degradación, suciedad, problemas de movilidad y de acceso a servicios básicos, cuestiones que forman parte del día a día de los habitantes del lugar.
Durante la tarde de este jueves, el gobierno municipal celebró un acto en el que se ha congregado a las familias adjudicatarias de los nuevos inmuebles. Un showman dinamizó el evento, promocionando la entrega de llaves a bombo y platillo entre los ganadores del proceso de sorteo y ante la mirada de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. A la salida del recinto, decenas de personas la esperaban con carteles que rezaban "el Ayuntamiento no deja emanciparse a los jóvenes", "Pisos para Torre Baró" o "El 25% para Torre Baró, ¿Dónde está?".
BENEFICIADOS DE OTROS BARRIOS
Y es que ahí reside precisamente el foco del conflicto. En la adjudicación de vivienda de tipo VPO, además de los criterios personales que cada ciudadano debe cumplir para entrar en el sorteo, hay una cláusula "de proximidad" por la que el 25% de los inmuebles ofertados deben reservarse para barrios ubicados a 500 metros de los inmuebles, según aclaran fuentes municipales. La cuestión es que, si se traza una circunferencia imaginaria cuyo radio es de 500 metros y en el centro están ubicados los pisos, se pasa la frontera de otros barrios con los que colinda Torre Baró.
Dicho de otra manera: cualquier habitante de los barrios colindantes puede acceder a la reserva del 25%, aunque su actual residencia esté fuera de los 500 metros de influencia. ¿El resultado? Solo tres familias baronenses han quedado entre las ganadoras del sorteo, mientras "vecinos del barrio que llevan décadas inscritos al proceso viven en casas que se caen a pedazos", sostiene Valeria Ortiz, portavoz de la Asociación de Vecinos de Torre Baró, en declaraciones a Metrópoli.
PRESENCIA DE COLAU
"Hay vecinos que llevan cerca de 20 años inscritos y no les toca. Se trata de personas que no pueden renovar sus viviendas, que no obtienen permiso para obras y cuyos pisos no se pueden rehabilitar debido a las zonas verdes de Torre Baró" (que se extiende por una ladera de la sierra de Collserola), aclara. "Le toca a cualquiera y vienen personas de otras zonas de Barcelona, mientras tenemos a gente que vive en casas que están casi en ruinas y todavía no les ha tocado. Cualquier día tendremos una desgracia", pronostica.
Al terminar el evento, Colau se acercó a hablar con los vecinos, acompañada de otros representantes municipales, como la regidora de Vivienda, Lucía Martín. Estos últimos le transmitieron su enfado y reclamaron soluciones. Martín, por su parte, admitió un problema de escasez de vivienda pública en Barcelona y defendió que todo habitante del barrio inscrito al servicio de vivienda puede acceder a una en otro barrio de la capital catalana.
Tras el encuentro con los hastiados vecinos, la alcaldesa se retiró para asistir a la inauguración de unas escaleras mecánicas ubicadas en Ciutat Meridiana. "No nos olvidéis", le pidió un vecino justo antes de que se alejara la primera edil. No obstante, el escepticismo era palpable tras la marcha de Colau. "Llevamos muchos años pidiendo y la situación apenas ha cambiado y, cuando lo ha hecho, ha sido porque nos hemos movilizado y hemos cortado calles", concluyeron unos habitantes de Barcelona que sienten que "no pueden seguirle el ritmo a la ciudad" porque su barrio está "abandonado".
CALADERO ELECTORAL
Ubicado en el distrito de Nou Barris, Torre Baró es uno de los barrios de la capital catalana donde la renta per cápita es más baja, junto con Vallbona y Ciutat Meridiana. Según los últimos datos del INE, la renta media anual del barrio está en los 8.699,24 euros, lo que lo convierte en uno de los barrios más pobres de la urbe. Además, el que es uno de los distritos de clase trabajadora por excelencia supone un enclave estratégico para, precisamente, las dos formaciones del gobierno municipal.
Y es que tanto comunes como PSC se han disputado el liderazgo de Nou Barris durante los últimos mandatos. Tradicional feudo político socialista, el equipo de Colau se alzó con la victoria en las elecciones de 2015. No obstante, en 2019 el PSC recuperó la primera posición en número de votos logrados, pero los de Colau se mantuvieron como segunda fuerza en todos los barrios, lo que indica la fuerza que los morados mantienen en la zona noroeste de la ciudad.
UN BARRIO ATRASADO
A pesar de la importancia electoral que tiene para la actual coalición, Torre Baró reclama que se ponga fin a su "abandono". La asociación asegura que hay problemas en todos los ámbitos básicos y que, a pesar de que la situación ha mejorado en los últimos años, todavía hay fallos en cuestiones básicas. "En toda la zona sur (unas 3.000 familias), solo hay dos contenedores" y "hay muchas calles que no tienen ni una sola papelera", reclaman.
Torre Baró es el único barrio que todavía conserva farolas de madera que, encima, tienen plaga de termitas. "Cualquier día se caerán y nos quedaremos sin farolas", se quejan. De hecho, no son pocos los cortes de luz que ha sufrido el barrio durante años; cortes, por su parte, que podían durar días. A pesar de que el transformador se ha cambiado recientemente, todavía siguen habiendo problemas de suministro energético cada cierto tiempo.
Por su ubicación geográfica, presenta muchos problemas en la movilidad. Las pronunciadas cuestas y pendientes requieren de una infraestuctura especial, pero faltan escaleras mecánicas y un mejor mantenimiento, así como un mayor número de plazas de aparcamiento y una mayor afluencia de paso de los autobuses. No solo eso, sino que hay calles en las que incluso faltan aceras para que los vecinos puedan caminar con normalidad.
Con todo, son numerosos los problemas que aquejan uno de los barrios más pobres de la ciudad, pero que, sin embargo, es un gran caladero de votos para comunes y socialistas. También parece, a tenor de las quejas y los miedos vecinales, que todavía queda mucho hasta que Torre Baró sea un barrio lo suficientemente bien abastecido de servicios públicos como para que le pueda "seguir el ritmo" a otras zonas de la ciudad.