Nou Barris homenajea a los guardianes de su memoria

“Nou Barris no tiene historia”. Mercedes Hidalgo y otros vecinos de Verdum, Prosperitat o Roquetes se revolvían al escuchar estas palabras de varios regidores del distrito barcelonés. “Antes de que esto fuera un barrio masificado de trabajadores, cuando llegaron nuestros padres, había una historia, pero no se conocía”, señala la enfermera jubilada de 71 años. Esta hija del desarrollismo fundó con varios amigos el Centre d'Estudis Populars i Arxiu Històric de Roquetes-Nou Barris en noviembre de 1983, antes de que se creara incluso el propio distrito. Este jueves, Hidalgo no ha podido contener las lágrimas en la sede del Arxiu, arropada por cientos de los socios de esta entidad que sigue funcionando cuatro décadas después.

No cabía un alfiler en la sede de la Via Flavència. Entre cava, canciones cantadas a coro y una gran tarta, Hidalgo sigue recordando aquellos inicios, en un espacio diminuto de la Escuela Freire, donde recibieron las primeras donaciones de vecinos: dosieres, máquinas de escribir, recortes de prensa... “Reciclábamos lo reciclado”, comenta en un espacio donde ahora custodian más de 20.000 fotografías, 2.000 libros y todo tipo de objetos. Ha podido celebrar toda esa trayectoria con Arnaldo Gil -otro de los socios fundadores-, pero lamenta la ausencia de Maria Lluïsa Serralta, su otra camarada y amiga de la infancia fallecida el año pasado.

BARRIOS DE LA PERIFERIA

Hidalgo se presenta como aquella generación de barceloneses que construyó sus barrios de la periferia con sus propias manos; desde las barracas hasta la llegada de la luz o el metro. Aplicaron esa misma filosofía para crear un archivo que surgió “desde la gente, no desde la administración”. Una esencia que plasmaron en sus estatutos, donde se definen como un proyecto amateur, de ciudadanos que colaboran desinteresadamente y con independencia del ayuntamiento.

Las cuotas iniciales de sus socios eran de cinco duros. “Todo el que colabora hace historia”, indica, como el vecino que donó recientemente una máquina “vietnamita” para fábricas octavillas a favor de la amnistía (la de 1977). Esta vecina ha volcado la mayoría de sus energías en la memoria de los pacientes del Instituto Mental de la Santa Creu, donde trabajó y sigue luchando contra el estigma de la salud mental.

El presidente del Arxiu, Jordi Sánchez, ojea unas fotos con Vicente Martí, antiguo empleado del Instituto Mental de la Santa Creu, durante el aniversario de la entidad Rodrigo Marinas

“Casi todos los barrios tienen su centro de estudio local, pero ninguno tan popular”, resume Montse Argente, otra colaboradora desde los inicios. Admite que le “enredaron” a raíz de un trabajo de su licenciatura en documentación sobre el castillo de Torre Baró, uno de los hitos patrimoniales recuperados en Nou Barris actualmente. “Primero llegaron los vecinos y después los académicos”, señala mencionando a Francesc Pujol (1958-2001), que enseñó a aquel grupo de aficionados a catalogar y organizar la creciente cantidad de material donado. Este historiador es otro de los grandes héroes que el Arxiu ha homenajeado en el aniversario.

SECUESTRO DE UN AUTOBÚS

Esta documentación tan bien organizada ha permitido un asesoramiento clave en “El 47”, rodada este verano en varias zonas de Barcelona. La película de Marcel Barrena narra la hazaña donde el líder vecinal Manel Vital secuestró en 1978 un autobús municipal, llevándolo más allá del final de su línea hasta el periférico Torre Baró para reclamar este servicio básico. Argente también ha estado muy implicada en las placas conmemorativas colocadas en varias ubicaciones de Nou Barris, que recuerdan otras protestas como la del metro de Canyelles u otras heroínas locales como la enfermera republicana Trinidad Gallego (1913-2011).

El Castell de Torre Baró en Barcelona Archivo

Santiago de Pedro, recién graduado en historia, pidió hacer las prácticas en esta asociación tan emblemática para él, un vecino “de la Prospe de toda la vida”. No le faltó trabajo durante los meses en los que estuvo digitalizando archivos, realizando charlas a los escolares que visitaron el archivo u organizando rutas por el distrito. “Tiene que haber relevo generacional. Han trabajado mucho”, comenta el estudiante. “Cuando sea profesor, quiero llevar aquí a mis alumnos, aquí siento las raíces de mi barrio”.

PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO

Los tesoros del Arxiu han sido fundamentales también para documentar tesis doctorales como la de Xenia Aydin, que realizó una etnografía sobre Nou Barris: “Este archivo es muy peculiar. Hacen la historia desde abajo y dan un gran valor a las fuentes orales”, explica la antropóloga. Por ejemplo, graban desde 1995 sus tertulias “Historias de café”, donde entrevistaron a vecinos como uno de los jóvenes encarcelados por el caso Scala.

Jordi Sánchez, maestro y actual presidente del Arxiu, incide en el otro pilar de la asociación junto a la memoria: la protección patrimonial. Toca “hacer presión” al Consistorio en el mantenimiento de masías históricas como Can Valent o el tramo descubierto del centenario Rec Comtal. Reivindicaciones aparte, Sánchez también tuvo momentos para festejar y acompañar al cantautor Antonio García Iranzo y su poema dedicado al distrito, donde define a sus vecinos como “una gent lluitadora a cor que de dures pedres sempre han fet pa”.