
Sandor Martín durante una entrevista con Metrópoli Barcelona
De Verdún a Nueva York: Sandor Martín pega fuerte para ser el campeón del mundo
El boxeador de Nou Barris se enfrenta la madrugada del domingo a Alberto Puello en el Barclays Center de Brooklyn
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De Verdún a Nueva York. El viaje ha sido largo. También, intenso. Sandor Martín (31 años) se proclamará campeón del mundo de los pesos superligeros la madrugada del sábado al domingo, si derrota al dominicano Alberto Puello en el Barclays Center de Brooklyn.
De pequeño, Sandor pasaba horas y horas en el gimnasio, entre las 12 cuerdas del cuadrilátero y muchas pesas, mientras sus compañeros de clase jugaban al fútbol y soñaban con ser Rivaldo o Zidane.
En el KO Verdún, el gimnasio de su padre, Rafa Martín, veneraban a Muhammad Ali, Joe Louis y Sugar Ray Robinson. También a boxeadores españoles como José Legrà, Pedro Carrasco y Poli Díaz. Y desde muy chiquito, Sandor escuchó mil veces a Rafa defendiendo que el boxeo no es un deporte agresivo.

Cartel de la pelea en la que Sandor peleará por el título mundial
Los padres de Sandor
“El boxeo ha salvado a muchas personas de las drogas, la bebida y la marginalidad. Implica constancia y mucho sacrificio”, sentencia Sandor, púgil y también profesor de niños que practican boxeo en pleno auge de los deportes de contacto.
Sandor es sinónimo de boxeo. Rafa fue campeón ibérico en los años 80, montó su propio gimnasio y organizó muchas veladas para dar una oportunidad a los jóvenes que soñaban con ser profesionales. También creó su propia marca de ropa, Ray Sugar, y su mujer, Inma Clemente, regenta una tienda de deportes de contacto, también en Nou Barris.
Primeras peleas en Francia
En verano de 2004, con apenas 10 años, Sandor era un niño tranquilo. Hablaba poco, pero ya soltaba alguna perla y se fijaba en todo lo que pasaba en el viejo gimnasio del KO Verdún. Entonces, las estrellas eran Daniel Gómez, alias Jordan, y Loli Muñoz, una de las mejores boxeadoras españolas de todos los tiempos. Él era un crío, pero presumía ya de haber competido en Francia con cuatro años –en España no podía—y escuchaba todo lo que decía su padre.
El periodista que visitaba por primera vez el KO Verdún sabía que no era buena idea provocar a Rafa. A los 10 minutos también era consciente de que Rafa era una enciclopedia del boxeo. Sabía más que nadie del ring y de la calle, porque en Verdún la vida podía ser dura y tonterías, las justas.

Sandor Martín entrenando en su gimnasio Barcelona
Campeón de España más joven
Hace dos décadas, el boxeo estaba en crisis. Eran tiempos de full-contact y Kickboxing, pero Sandor siempre quiso boxear. Tenía al mejor maestro en casa y nadie es más metódico y exigente que él. Rafa siempre tuteló su carrera deportiva, paso a paso, combate tras combate, en el viejo gimnasio de la calle Jaume Martí o en el actual, situado en el campo de la Montañesa, el club de fútbol más popular de Nou Barris.
Sandor, boxeador profesional desde 2011, se convirtió en el campeón de España más joven de la historia de los superligeros dos años después, tras ganar al cántabro Daniel Resilla. Siete años más tarde, en julio de 2019, se proclamó campeón de Europa al derrotar entre el noveno y el décimo asalto al italiano Andrea Scarpa, en Sant Andreu. Meses después venció al británico Joe Hughes y, recientemente, a Prosper, en otro combate de alta tensión.

El Gimnasio K.O. Verdún Barcelona
Los combates más duros
“El combate más duro físicamente fue el de Hughes y, tácticamente, el de Prosper”, sostiene Sandor, tres veces campeón de Europa. Aspirante ahora al trono mundial, el púgil de Nou barris es muy táctico y cerebral. Sabe dónde, cómo y cuándo golpear al rival.
Sandor lleva muchos meses preparando el combate de su vida. El pasado fin de semana se desplazó con Rafa y su madre, Inma, viajó el miércoles. Los últimos días, muy intensos, estuvo pendiente del KO Verdún. También de Jimena, la niña de 21 meses que ha cambiado la vida del boxeador y de Naiara, su pareja. “Es más duro cuidar a una niña que pegarse con los mejores del mundo”, bromea Sandor. Jimena, como él, también pasa muchas horas en el gimnasio con sus abuelos, con Inma y con Rafa, un bravucón al que se le engrandece su ya de por sí inmenso corazón, siempre fiel a los suyos.

Sandor Martín junto a su hija Jimena
El sueño americano
Rafa y Sandor (42-15-3) quieren liarla en Nueva York. Hacer historia. El gran sueño de triunfar en Estados Unidos está más cerca. En 2021 ya tumbó a Mickey García, pero ahora está en juego el Mundial. Atrás quedan muchas horas de entrenamientos, de peleas y muchas batallitas. La gran batalla en Brooklyn, muy cerca de donde nacieron Woody Allen y Michael Jordan, a quien siempre admiró el boxeador de Nou Barris por su espíritu ganador.
Sandor también es un gran aficionado al fútbol. No es del Barça ni del Real Madrid. Su equipo es el Athletic. Ya ha sido aplaudido y ovacionado en San Mamés, campo al que espera volver como campeón del mundo antes o después de comerse un buen chuletón, su gran debilidad gastronómica, en Bilbao.
El gran cinturón
El otro club de Sandor es la Montañesa. La noche del sábado será larga en el corazón de Nou Barris si gana su deportista más famoso, aquel chico tranquilo y nada travieso que, como Ali, quería ser el más grande. Él, menos fanfarrón, pero también muy ambicioso, también quiere escribir su propia historia con letras de oro y colgarse el cinturón más preciado. El de campeón del mundo.