Cuando estamos al timón de una empresa, hemos de ser conscientes de todo lo que ocurre a nivel interno; de lo contrario, desviarse del rumbo y fracasar no sería nada fuera de lo común. Esto se hace especialmente evidente en el marco de la contabilidad y la actividad económica. Un aspecto que ha de quedar sometido al máximo rigor y que, de no ser así, puede derivar en infracciones legales o auténticas pérdidas de dinero.

En este orden de ideas, el papel de las auditorías y sus informes se antoja de vital importancia. Unos despachos que analizan en detalle todo lo que sucede dentro de la corporación para indicarnos aquello que desconocemos o que debemos corregir.

Cuando contratarla

Las auditorías son un servicio en el que un profesional estudia con la máxima precisión y objetividad todo lo que sucede a nivel interno en un modelo de negocio. Incluyendo así exámenes de contabilidad y de cualquier documento sobre la actividad económica. Un proceso que en el caso de las empresas más grandes resulta imperativo por ley y que, incluyendo a las pequeñas corporaciones que lo solicitan de forma voluntaria, trae consigo un gran abanico de ventajas. Al finalizar este análisis, los empresarios reciben el informe de auditoria, el cual refleja con veracidad la situación económica de la compañía y la opinión del auditor sobre dicha realidad.

Puesto que es un proceso regulado por ley, los informes deben contemplar diferentes elementos comunes para que tengan validez. Lo primero que han de rellenar es el apartado de la identificación de la empresa en cuestión, así como de quienes son los auditores que se han encargado de llevar a cabo el estudio. Acto seguido, se debe compartir la opinión en el que se especifica de forma clara si las cuentas anuales corresponden al patrimonio y situación financiera correcta de la empresa.

Conclusiones y resultados

Con el fundamento de la opinión, los informes de gestión y los aspectos más destacados de la auditoría, se establece si la empresa está cumpliendo con sus responsabilidades. Asimismo, hay que comentar que la opinión del auditor puede ser de varios tipos: favorable, con salvedades, desfavorable o, si hay una abstención, denegada.

Como ves, dichos documentos contemplan diversas variables según sean los resultados concretos de la auditoría. Aunque, en todos los casos, son igual de relevantes y traen consigo ciertos efectos que hemos de tener presentes.

Para qué sirve

Todo lo previamente expuesto nos lleva a una pregunta que no puede quedar sin respuesta: ¿cuál es la utilidad de un informe de auditoría? En este orden de ideas, hay que reconocer que existen múltiples motivos para solicitar un servicio de estas características y varias ventajas de obtener este documento. Sin embargo, la primera y principal es adecuar la contabilidad de la empresa a los márgenes legales. No saber que se está cometiendo un delito no exime al directivo de responsabilidades; por lo que los directivos son quienes van a asegurar que todo lo que sucede a nivel interno sale a la luz.

Del mismo modo, es importante hablar de los beneficios de este servicio en términos de transparencia corporativa. Si todas nuestras cuentas gozan de una rigurosa claridad y lo podemos demostrar con estos informes, se suscita un mayor interés entre los clientes y los socios. Aunque, la mayor ventaja de dicha transparencia es que podremos captar fuentes de financiación de inversores para crecer en el mercado, ya que se sentirán atraídos por la veracidad del marco económico de la empresa.

Por último, los informes de auditoría también sirven para detectar oportunidades de mejora que se puedan haber pasado por alto. En consecuencia, con todos los datos en tus manos y las opiniones de los grandes expertos del sector, sabrás cómo actuar con las máximas probabilidades de acierto. Un recurso clave para la estabilidad y la expansión empresarial que asegurará la integridad de tus bolsillos.

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