Las tragaperras o tragamonedas son unos juegos de azar con muchos de años de historia, tanto por tiempo de vigencia como por textos escritos acerca de las diversas maneras de hacerse ganador. Ahora, este juego de siempre, adquiere relevancia debido al incremento de las nuevas tecnologías en las opciones de ocio. Así sucede también con otras propuestas de entretenimiento, y más acorde a los gustos de las nuevas generaciones, que también se sienten atraídas por este tipo de juegos.
De los bares a los ordenadores
De ser un juego local a ser global. Las tragaperras han resistido y se han adaptado a los numerosos cambios tecnológicos; a los gustos de los nuevos usuarios -cada vez más exigentes y ávidos de novedades- y continúan teniendo éxito siglos después de su invención, a cargo de Charles Frey, un matemático de origen estadounidense. Era el siglo XIX. Ahora, avanzada la segunda década del siglo XXI, las tragaperras atraviesan una segunda juventud.
Esas nuevas tecnologías han posibilitado un incremento de la popularidad de este juego de azar. Porque su mecánica sigue inalterable: sus carretes (cinco normalmente) y sus símbolos (tres), a los que se busca hacer coincidir para imponerse a la banca. Y, por supuesto, con las frutas como icono estrella de este juego. Ahora, obviamente, las nuevas tecnologías han permitido que haya otros objetos de muy diversa temática: cine, deporte, gastronomía, ciudades, etcétera.
Un juego sin reglas complejas
¿La clave del éxito? Aparte de estas novedades gráficas, sumamos un mejor sonido, esa habitual música de los bares sigue siendo una opción, y que se trata de un juego sencillo y rápido. Los participantes no deben conocer un sinfín de reglas u opciones. Ni siquiera trazar estrategias muy complejas. Y tampoco estar jugando durante horas a la misma partida.
Lo que no ha cambiado ni con el paso del tiempo ni con la irrupción de los avances tecnológicos es ese deseo de hacerse ganador con un giro de los carretes. Ni tácticas ni estrategias ni trucos matemáticos infalibles. No quiere decir que no haya una cierta influencia, pero el azar es el verdadero protagonista; la fortuna decide si eres agraciado o no con el regalo de unas ganancias económicas mientras te diviertes, eso si, de una manera responsable. Hay que recordar esa máxima: si se pierde, lo dejamos para otro día. No hay que insistir. Y si se gana, misma decisión. Disfrutamos del triunfo sin continuar jugando en exceso. En ambos casos, recomendamos fijar un presupuesto.
Azar versus matemáticas
A la pregunta del comienzo, la respuesta es sencillamente que no hay una fórmula mágica que ayude a ganar a las tragaperras. Esto no quiere decir que teniendo algunos conocimientos de matemáticas -o estadísticas- y comprendiendo el funcionamiento de este juego se obtenga un pequeño porcentaje de ventaja, aumenten las posibilidades de éxito. ¡Atentos!
Juego aleatorio: la mecánica es impredecible. El movimiento no responde a ninguna combinación razonable. Las opciones de ganar y perder son idénticas. En aquellas tragaperras online intervienen los algoritmos, la tecnología nuevamente.
Dinero premiado: aparte de generar innumerables combinaciones, intervienen en el "Return to Player" (RTP), que define el dinero que dará de beneficio esa máquina cuando lo decida el azar. Puede ser que sea alta o bajo, y no nos llevemos ningún premio. Y esto se basa en función de las probabilidades, siguiente punto.
Tirada ganadora: Si es cierto que, cuanto más tiempo se retrase el premio, más opciones para el jugador en activo. Para ello si se puede establecer algún tipo de conteo estadístico. Tratar de trazar una serie de frecuencias (de probabilidades) y así planificar una estrategia sabiendo en qué momento participar del juego. En este sentido, no debemos confundir estadísticas con probabilidades. Gestionar ambas ciencias ayuda a tratar de ganar a los designios del azar caprichoso.
Ley de números: así se conoce a este mandamiento de las tragaperras, consistente en que cuántas más veces se hagan girar esos cinco carretes, más cerca se estará del premio. Ese rendimiento teórico suele rondar sobre el 80%.
Mitos matemáticos
Como habrán apreciado, el azar siempre se impone a las matemáticas, al menos en un alto porcentaje, lo que quizá expliqué este fenómeno de las tragaperras -o slots, como lo llaman las nuevas generaciones-. En este sentido, y alejado de las matemáticas y cualquier fórmula, debe descartarse que haya un ciclo ganador, como se denomina en el argot de los juegos de azar. Es decir, cada 100 giros, por poner una cifra, se ofrece una tirada ganadora. No es cierto. Es un mito.
Como tampoco es cierto que unas máquinas ofrezcan, por defecto, más premios que otras, dentro de un mismo casino online. O que las máquinas de los casinos online ‘funcionen’ de manera diferente a las tradicionales. O que haya un día con más premios que otro. O incluso horas. Son muchas teorías no basadas en ningún estudio científico ni matemático. Todo se rige por los fundamentes de la suerte.
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