La climatización de una piscina implica el empleo de diversas estrategias para mantener o elevar la temperatura del agua, siendo considerada como climatizada cuando esta alcanza aproximadamente los 27 o 28 grados centígrados.
Sin embargo, el enfoque de climatización varía significativamente entre piscinas cubiertas y al aire libre, así como entre aquellas destinadas a uso continuo durante todo el año, la extensión de la temporada de baño o simplemente el aumento de la temperatura durante el verano.
Por ejemplo, factores como la ubicación geográfica, la exposición al viento y la profundidad de la piscina también influyen en la elección del sistema de climatización más apropiado. Ahora bien, en este ámbito, se pueden distinguir tres aspectos esenciales:
1. Cubiertas
Distinguimos entre tres subcategorías fundamentales.
Cubiertas solares o de burbujas
Estos cobertores de plástico concentran el calor solar para mantener o aumentar la temperatura del agua durante la temporada de baño y reducir la evaporación. Por ello, para aprovechar y conservar la temperatura provocada por los rayos solares, a diferencia de los cobertores convencionales, lo ideal es emplear una manta térmica para piscina, la mejor solución para climatizar todo tipo de piscina sin costes energéticos.
Gracias a la investigación y desarrollo en el mercado de la piscina y al efecto de los rayos UV, se ha obtenido una burbuja doble conocida como Geobubble, un tipo de manta térmica para piscinas que brinda la posibilidad de ganar más temperatura e incrementarla hasta en un 25%.
Cubiertas bajas
Construidas con diversos materiales, fijas o móviles, contribuyen al calentamiento del agua y proporcionan un elemento de seguridad.
Cubiertas elevadas
Similar a las cubiertas bajas, permiten estar dentro de la cubierta sin necesidad de estar en el agua, siendo más adecuadas para el uso durante todo el año.
De igual manera, las cubiertas tienen varios propósitos y beneficios que pueden incluir:
Mantenimiento de la temperatura del agua, ya que ayudan a retener el calor a causa de la evaporación.
Seguridad al proporcionar una barrera física que evita el acceso no autorizado, especialmente en hogares con niños pequeños o mascotas.
Reducción de la evaporación, lo que significa que se necesita menos reposición de agua y menos productos químicos para mantener el equilibrio del agua en la piscina.
Protección contra desechos, ya que actúan como una barrera física contra hojas, ramas, insectos, entre otros, que pueden caer en la piscina.
Es importante mencionar que las cubiertas, por sí solas, no climatizan la piscina, por tal motivo, para un uso durante todo el año, se requiere el respaldo de sistemas de calefacción.
2. Sistemas de calefacción
Bombas de calor: utilizan la energía solar presente en el aire para calentar el agua de la piscina, siendo más efectivas para extender la temporada de baño que para climatizar durante todo el año.
Calentadores eléctricos: emplean energía eléctrica para calentar el agua de la piscina.
Intercambiadores de calor: utilizan gas natural, propano o fuel para calentar el agua de la piscina mediante una caldera.
Paneles solares: aprovechan la energía solar para calentar el agua, siendo dependientes de la luz solar y requiriendo un espacio considerable para la instalación.
La elección entre dichos sistemas depende de factores como el costo inicial, el consumo energético y las preferencias individuales.
3. Sistemas de deshumidificación
Dentro de los sistemas de deshumidificación se pueden encontrar:
Consolas de deshumidificación.
Deshumidificadores empotrados.
Centrales de deshumidificación.
Sistemas de deshumidificación recomendables para piscinas cubiertas o de interior que contribuyen a preservar el entorno y mejorar el confort al mantener una higrometría ideal entre el 60% y el 70%.
Por último, en la selección e instalación de estos sistemas, se aconseja la consulta con profesionales especializados para garantizar un funcionamiento eficiente y adaptado a las necesidades específicas de cada piscina.
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