Jordi Martí (Junts) en una rueda de prensa este miércoles, 8 de octubre de 2025
El teniente de alcalde de Barcelona, Jordi Valls, se esmeró en la presentación de los presupuestos municipales. Dijo que el gobierno municipal iniciará conversaciones con los grupos municipales. Pero, déjenme que sea pesimista. A dos años de las elecciones, ningún grupo estará por la labor, a pesar de que los números municipales superan por primera vez los 4000 millones, la inversión en vivienda aumenta un 33% y se destinarán 430 millones a seguridad con la incorporación de cien policías más.
Ciertamente, el alcalde Collboni tiene un as en la manga, la moción de confianza para hacer útil este presupuesto que centra esfuerzos en vivienda y seguridad, las dos grandes preocupaciones de los barceloneses.
Y mucho me temo que Jaume Collboni tendrá que jugar este as porque la oposición juega a regate corto y no tiene intención de aprobar un presupuesto que claramente es un presupuesto de ciudad, pero les pesa más hacer sus cábalas electorales.
Salvaría en esta oposición a ERC. Están de acuerdo en la filosofía que incluso recoge su propuesta de inversión en vivienda y siendo consecuentes cerraron un acuerdo con el PSC. Elisenda Alamany ha hecho política y no se ha refugiado en el sí, pero no.
Ese no mover pieza para no mojarse porque no vaya a ser que Collboni consiga un triunfo que lo posicione bien en la próxima campaña. ¡No vaya a ser que tenga mejor resultado en 2027! Alamany ha sido responsable y eso que la procesión va por dentro por la crisis de la Federación de Barcelona de su partido.
Manel Manchón hablaba hace unos días de la miseria de la oposición, en referencia a su papel. Ni Junts ni Comunes tienen candidato. Y ahí andan, deshojando una margarita, mientras que ponen palos en las ruedas “incapaces de proponer nada positivo”, como apuntaba nuestro director.
De Junts no hay que esperar gran cosa, pero que los comunes pongan en tela de juicio los presupuestos exigiendo la paralización de los desalojos de Vallcarca suena a broma.
Quizá porque esperan que Ada Colau, que se ha hecho una buena campaña con la Flotilla de la Libertad, se arme de valor y acuda a las urnas defendiendo los postulados que no supo defender como concejal de la oposición.
Hizo una espantá al estilo del crío que no marca un gol en el patio y se lleva la pelota “porque es mía”. Bueno, y eso con permiso de Bob Pop que dice querer presentarse -si Colau no lo hace of course- sin conocer la administración. Cuando la conozca y llegue a ser alcalde, el aspirante ha dicho que “lo primero que haría sería explicar qué puedo y no puedo hacer y por qué".
Bueno, es su posición, pero a la política se viene aprendido de casa, con propuestas concretas. Los barceloneses no están para experimentos con gaseosa. Visto lo visto en estos días en los comunes, Janet Sanz era toda una estadista.
Las miserias de Junts aún son mayores. La reserva del 30% en vivienda sigue vigente por su actuación, nefasta, por cierto, aunque disfrazada con excusas de mal pagador. Ahora cuentan que habían cerrado un acuerdo para anular el fiasco, pero el pacto con ERC puede de nuevo evitar que el 30% acabe en la papelera.
No tengo dudas que señalarán al PSC como culpable porque los de Junts siguen errantes, sin proyecto y sin candidato. A este paso, cuando lo tengan, es posible que Aliança Catalana les esté con el aliento en la nuca y empecemos con -más- numeritos.
Con esta oposición -PP y Vox no estarán por la labor- lo normal y más rápido es que el alcalde se someta a una moción de confianza, que tiene una mayoría más que asegurada. Nadie se imagina un matrimonio entre comunes y Junts.
Se retrasarán un mes, el tiempo exigido para que la oposición plantee un candidato, pero solo será un mes y los barceloneses tendremos unos presupuestos activos. Seguro que no serán la panacea, pero ayudarán a superar retos y problemas. Así, el alcalde se ahorrará tiempo y los ciudadanos también, y la oposición podrá deleitarse en polémicas de pa sucat amb oli, mientras busca candidato y define que quiere ser de mayor. Porque a este paso en la próxima legislatura seguirán siendo oposición.