Son doce. Sin piedad. Por lo menos a la hora de aplicar medidas neoliberales en nuestra ciudad. Eso sí, el comité ejecutivo tiene siempre una mirada puesta en el tramo superior de la avenida Diagonal. Su presidente es Miquel Valls i Maseda. A mediados de agosto afirmaba, sin ambages, lo siguiente: “Y el que venga [a hacer turismo] que pernocte aquí o que pague una tasa”. Para, a continuación, rematar: “Llenan la Rambla y la Sagrada Familia, pero no gastan nada”. Ahí, quizás, radica el problema.
Una manera de entender las prioridades del tejido económico de la ciudad, muy acorde con los miembros que componen este organismo. Aunque a veces, se escapan algunas contradicciones. Así, otro miembro, esta vez del Pleno de la Cambra, Josep González Sala, se muestra contrario a la tasa defendida por el presidente. La tacha de “equivocada” porque llegaría a poner en riesgo o “matar a la gallina de los huevos de oro” (refiriéndose al turismo). González Sala es una voz a tener en cuenta. No en vano preside la PIMEC (Micro, petita i mitjana empresa de Catalunya).
Pero, volviendo a la Cambra, su vicepresidente es Josep Maria Basáñez, exconsejero del Port de Barcelona, exconseller d’Economia con Jordi Pujol y actualmente en el consejo de Saba Infraestructuras, así como vocal de Foment del Treball o cónsul honorario de Singapur (considerado un paraíso fiscal hasta el año 2015, según la lista que publicó la misma Hacienda española) .
Vocales de la Cambra son también Joan Gaspart y Enrique Lacalle. El primero, un empresario hotelero en horas bajas que, además, es presidente del consorcio Turisme de Barcelona (y cónsul honorario de las Islas Seychelles). El segundo, Lacalle, ha pasado por todos los organismo habidos y por haber. Así, mientras estaba al frente del Barcelona Meeting Point o del SIL (Salón Internacional de Logística) se dedicaba a mediar en la venta de terrenos situados en la plaza Europa de l’Hospitalet. Obtenía, tanto él como su esposa Chantal Muls (cuñada de un Valls Taberner, los del ya extinto Banco Popular) jugosas comisiones, según supimos gracias a las investigaciones llevadas a cabo a raíz del caso Pretoria. La sobrina de la pareja, Cristina Valls Taberner, está casada con Francisco Reynés, consejero delegado de la concesionaria de autopistas Abertis, cuyo máximo accionista es CaixaBank. Por cierto, los vocales de la Cambra Maria Teresa Bassons y Antonio Massanell Lavilla compaginan el cargo con el de consejeros en dicha entidad bancaria.
Hace un par de semanas se utilizaba el término kale borroka para referirse a unas pintadas en el Bus Turístic llevadas a cabo por los “cachorros” de la CUP. Un tanto excesivo. Sobre todo, si tenemos en cuenta que el modelo turístico de la ciudad depende más de las corbatas que lucen los miembros de la Cambra de Comerç (o de Turisme de Barcelona) que de un bote de espray comprado en un supermercado pakistaní.