Afirmaba el gran filósofo Immanuel Kant, en buena medida, padre de las democracias modernas y del derecho internacional, que toda conducta debe ser susceptible de convertirse en norma universal. Esta es debe ser la vara de medir de un buen gobierno en una sociedad democrática. Hace ya tiempo que el Govern de la Generalitat ha perdido el norte, es más, ha perdido incluso la brújula que lo señala.
Desde octubre de 2019 se están produciendo cortes diarios, sí diarios, en la avenida Meridiana, con la complicidad y el aliento del actual Govern, por un grupo de manifestantes que, haciendo uso del derecho de manifestación que defiende nuestra Constitución, perjudican toda una serie de derechos del resto de ciudadanos y ciudadanas.
El corte del tráfico rodado en la avenida Meridiana, vía básica de conectividad de la ciudad de Barcelona y por la cuál transita diariamente 57.000 vehículos, es mucho más que una interrupción del tránsito rodado de coches. Este corte está afectando y mucho a todos los barceloneses y barcelonesas, y, en especial, a la vida diaria de los vecinos y vecinas de todos aquellos y aquellas vivimos en Nou Barris.
Este corte supone una vulneración del derecho a la movilidad del resto de ciudadanos y ciudadanas, puesto que se desvían diariamente a partir de las 19:00 horas más de 10 líneas de autobuses con las afectaciones que supone para acceder a los lugares de destino. El tránsito rodado pasa a circular por los interiores de los barrios colindantes provocando retenciones, ruidos y molestias en calles estrechas que no están preparadas para ello.
Se vulnera también el derecho a una correcta conciliación de la vida familiar y laboral. El 70% de los y las que vivimos en Nou Barris trabajamos fuera de nuestro distrito. Esto supone que una buena movilidad en el acceso y el retorno de nuestros puestos de trabajo es fundamental en el buen hacer cotidiano. Este corte provoca retenciones y una pérdida de tiempo efectiva para poder hacer realidad nuestro tiempo libre.
El corte diario también está afectando y mucho al comercio y la restauración de la zona, un pequeño comercio basado en la proximidad y en el trabajo del día a día, y una restauración que lo ha pasado muy mal en este año de pandemia, y que ve que ahora que pueden empezar a salir a flote, están afectados directamente por la interrupción del tránsito y perdiendo así potenciales clientes.
Este corte significa también toda una asignación de recursos económicos destinados al mismo, tanto económicos como de personal, destinando dotaciones policiales diarias, que dejan “de facto” de realizar otras funciones, para hacer efectivo el mismo.
Cabe decir que, estas manifestaciones diarias tienen a apenas 50 metros del lugar en el que se realizan espacios suficientes para poder continuar con las mismas, si así lo desean los que las llevan a cabo, sin afectar al resto de ciudadanos y ciudadanas.
No llego a imaginarme esta permisividad del Govern en un corte diario durante más de un año por parte de una parte de ciudadanos y de ciudadanas de la avenida Diagonal en su salida y entrada a la ciudad de Barcelona, los túneles de Sant Cugat o incluso los túneles del Cadí. Todos y todas tenemos también nuestros derechos, igualmente respetables y exigibles que los de aquellos y aquellas que se manifiestan en nombre de los suyos.
Un buen gobierno es aquel que es capaz de conjugar y defender los derechos de todos y todas, esta debe ser su bandera, esto es lo que debe defender, y es lo que debe ser capaz de garantizar. El actual Govern de la Generalitat ha hecho oídos sordos a las peticiones reiteradas de reubicar esta manifestación, vulnerando así los derechos de los y las que no nos manifestamos.
El corte diario de la Meridiana es un ejemplo claro de que entre las funciones del actual Govern de la Generalitat, muy en funciones a mi entender, no es la de gobernar por igual para todos y todas los y las ciudadanas de Catalunya.
Necesitamos, pues, abrir un tiempo nuevo, una nueva etapa y un nuevo gobierno que vele por garantizar los derechos de todas y todas. Solo Salvador Illa defiende pasar página, mirar adelante, y conjugar los derechos. Catalunya debe recuperar su todo, debe recuperar la eticidad en la esfera social y la defensa del conjunto de derechos por igual para todos los catalanes y todas las catalanas.
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Mario García, diputado en el Parlament de Catalunya por el PSC.