La ciudad lo ha pasado mal, eso es un hecho. Los comercios, los restaurantes y negocios de todo tipo han vivido probablemente la situación más complicada en muchos años. Y frente a esa situación era necesario buscar el modo de parar el golpe siendo muy conscientes de que lo primero era frenar el ritmo de muertes que vivíamos a lo largo de todo el país y después dedicarnos a ver de que modo dábamos un empujón a nuestra economía. Economía, por cierto, que en términos globales no ha salido peor parada que la economía madrileña por más que la matraca mediática haya dibujado un escenario que nada tiene que ver con lo que dicen los números. Pero eso da para un artículo completo que guardo para otro día. 

Hoy querría centrarme en la situación actual. Aunque las cifras de contagios siguen siendo alarmantes, la situación en la que nos encontramos es muy diferente a la de hace unos meses. Yo particularmente me siento optimista. Hemos pasado de parar el golpe a tratar de reactivarnos, y eso ya es una buena noticia. 

Estamos en plena reactivación. Y esto empieza a ocurrir gracias a que la gente empieza a volver a su actividad normal y la ciudad empieza a recibir turistas. Estos últimos son un elemento clave para la reactivación. A estas altura nadie lo niega. Pero con el inicio de la vuelta a la normalidad y el inicio de un turismo todavía insuficiente es necesario que las diferentes administraciones pongan de su parte para que la reactivación sea un éxito. 

El Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado el Fondo “Reactivem Barcelona” y una gran línea de subvenciones. Se trata de un gran paquete de ayudas enfocadas al turismo, al comercio, la restauración y el ocio por valor de 22,5 millones de euros. Y esta es una cifra muy relevante. Es cierto que para muchos dimensionar un número escrito en papel es algo complicado. El problema de los grandes números es que acabamos por consumirlos sin acabar de entender la dimensión de los mismos. En este caso, para darle contexto, es importante apuntar que se trata de uno de los paquetes de ayudas más importantes que ha lanzado el Ayuntamiento de la ciudad en toda su historia. 

Se trata de ayudas que llegaran a miles de comercios, bares, restaurantes, establecimientos de ocio nocturno y alojamientos turísticos. Y que lleguen a estos sectores es muy importante, porque aunque la ciudad necesita y requiera grandes inversiones de futuro relacionadas con los nuevos sectores tecnológicos y digitales, necesita sobre todo a día de hoy que los sectores que más han sufrido durante esta pandemia vuelvan a reemprender el vuelo y su actividad habitual lo antes posible. Si queremos sacar a la gente de los ERTES y del paro es necesario contar con inyecciones como la anunciada anteriormente. 

Además, el modo en que se asignarán estos fondos permitirá que no solo se beneficien empresas de los sectores anteriormente mencionados, sino que fomentarán la creación de empleos indirectos, puesto que las convocatorias de ayudas se lanzarán con el objetivo de que los negocios realicen mejoras en sus instalaciones, reformas, adecuación de su accesibilidad o digitalización de su negocio. Siendo esta última una opción muy interesante en el momento en que nos encontramos, puesto que ha quedado meridianamente claro que no podemos dar la espalda a la digitalización y que si nuestros comercios de ciudad quieren ser competitivos en el entorno actual deben ponerse las pilas con esto. 

En cualquier caso, Barcelona necesita medidas como esta. Enfocadas a ayudar a miles de negocios y a la creación de puestos de trabajo. Y sí. Debemos apostar también por apoyar al turismo y al ocio nocturno. Porque aunque haya quien trate de demonizarlos, generan miles de puestos de trabajo que no podemos perder. Por eso ver una línea de 22,5 millones de euros para ellos me parece tan acertado. Estamos en un momento muy importante y nadie puede quedar atrás. 

La situación actual en general empieza a ser positiva mucho antes de lo que algunos esperábamos. Cada día son más los hoteles que abren, los restaurantes que sacan a sus empleados de los ERTES, y los negocios que parece vuelven a funcionar. Este segundo semestre puede ser muy positivo para la ciudad y puede dibujar el escenario de optimismo que todos necesitamos. Empezamos a ver la luz al final del túnel. Tiene sentido mostrarse optimista. Así que seámoslo. Seamos optimistas frente a lo que viene.