Así, a bote pronto, ¿cuántas nevadas recuerdan ustedes en nuestra primaveral y mediterránea metrópoli? Nevadas de las gordas, de las de verdad.
Siempre he dicho, y lo he dicho en este mismo lugar, que, de hacer unas olimpiadas de invierno en Barcelona, quiero que me pongan los saltos de esquí en el Tibidabo. O eso o nada. De aquí no me sacarán. Otra cosa es que la ciudad apoye unas olimpiadas en los Pirineos, pero entonces qué Barcelona ni qué Barcelona, serán Olimpiadas de los Pirineos, punto. Además, unos Pirineos entendidos como un todo, de Cantábrico a Mediterráneo, donde Navarra, Aragón y Cataluña tengan cosas que decir y ofrecer. Particularmente, nieve. Y me parecería de perlas que pudieran sumarse Andorra y Francia, que los Pirineos están compartidos.
Pero no parece que vayamos a tener olimpiadas de invierno. Nieve, no lo sé, pero olimpiadas de invierno, tal y como está el patio, seguro que no. Ha habido mucho ruido de fondo. El presidente de Aragón y el presidente Aragonés, que no son el mismo, han acabado a cara de perro. Doy por bueno que Aragón se ha visto menospreciada y ninguneada por el Govern y que tiene razones de sobra para enviarnos a la mierda. Como mínimo, por las formas, que han sido lamentables.
Recordemos el sí pero no, el no pero sí, de nuestras autoridades. Tanto la excelentísima señora Colau como el muy honorable señor Aragonés han jugado siempre a nadar y guardar la ropa. Ahora estaban a favor, ahora en contra, ahora sí, ahora no, ahora todo lo contrario. Lo último ha sido lo de "consultar al territorio". Recuerden: en lenguaje político catalán, una variedad dialectal autóctona, "consultar al territorio" significa "preguntar a la gente de pueblo"; todo lo que no sea el área metropolitana de Barcelona es "el territorio". Es un palabro que pretende eludir expresiones como "los de la boina", que no eran demasiado amables. Además, como aquí se estila la barretina… Sin embargo, el uso de "territorio" ha acabado significando lo mismo y es dicho por los mismos con idéntico aire de superioridad.
Hablar de consultas pone mucho al presidente Aragonés y a la alcaldesa Colau, pero nunca han acertado a celebrar una en condiciones. No porque no tengan instrumentos para ello, sino porque al final no saben cómo se hace. Aunque les guste más una consulta que el agujero de un dónut, al final no saben muy bien qué hacer con ella. La que llaman "democracia participativa" es pura fachada, es hora de decirlo en voz alta.
Me estoy yendo por las ramas. Lo que quería decir es que, si quieren olimpiadas de invierno en Barcelona, esperen sentados, que van a tardar un rato. Y todo por culpa de un ruido político y mediático muy molesto. Los ruidosos, en vez de buscar el bien común, buscan quedar como una persona guay del Paraguay, pero no en el corto plazo, sino inmediatamente, a golpe de tuit. Mala política, ésa. Y no es ése el único ruido que tenemos que soportar los ciudadanos.
Nos cuentan que acaban de descubrir, qué cosas, que Barcelona es una ciudad muy ruidosa. Especialmente, al caer la noche, en zonas de bares y ocio nocturno a las que acuden como moscas turistas de chancleta y jóvenes en edad de merecer. ¡Nunca lo hubiera dicho! ¿Verdad que no? Para intentar poner freno a tanto barullo, pondrán sonómetros en las zonas donde se concentra la muchachada con sus litronas, pero no parece que vayan a ir mucho más allá. Hablan de unos "agentes mediadores", que pedirán, por favor, que habléis más bajito, y quizá asomen los urbanos, con la eficacia acostumbrada en estos casos.
Pero la medida más radical contra el insoportable barullo nocturno en los barrios perjudicados ha sido anunciada por el señor Badia, concejal de la cosa. En estas "zonas acústicamente tensionadas"… Madre mía con la expresión… En estas zonas, decía, "trabajaremos para poder dar subvenciones a los vecinos para que puedan aislar sus ventanas", y lo anunció así, con un par, contento y feliz de haberse conocido, y sin tener ninguna subvención a punto, por supuesto.
Pero, hombre de Dios, ¿estás tonto o qué? No todos tienen aire acondicionado como tú en tu casa, y para soportar los calores han de tener las ventanas ABIERTAS. Empleo las mayúsculas para que el aludido descubra cuál es el problema latente en su propuesta.
Con este personal, ¿cómo quieren que nos den unas olimpiadas? No nos darán ni la hora.