Ada Colau dijo: “No quiero una ciudad a la que sólo vengan pijos”. Era el año 2015, cuando ella y sus beatas y beatos lanzaron una ofensiva contra pijos y turistas. Fue y es otro de sus fracasos, porque pijos locales e internacionales no paran de crecer y expansionarse por toda la ciudad. Como la nueva bodega Hijos de Javier, que ha nacido para homenajear a los pijos de mocasín. Creada por Omar Díaz, Víctor García, Nacho Briones y Enric Rebordosa, el local, en la parte alta de Barcelona, está decorado con humor en las paredes y sirve platillos ricos. Para escándalo y oprobio de la ahora solo concejala y su club, los Hijos de Javier se ríen y satirizan porque: “Los de derechas sabemos reírnos de nosotros mismos”. Algo que la congregación adauita nunca ha sabido hacer ni tolerar cuando se burlan de ella.

El balance de su cruzada ha sido un incremento de locales pijos para pijos satisfechos de serlo y a mucha honra. Ya el 2020, Arturo Esteve los retrató en este diario. “Gente con dinero de familia, o personas que intentan aparentar que tienen. Guiris con dinero. Moto Honda SH, casco blanco, visera tintada y tubarro”. Con dos tipologías de vestimenta: “el mite que va de alternativo y el clásico de camisa y mocasines”, siendo este calzado su principal seña de identidad. Respecto a la ideología, “están asociados con la derecha, pero hay de todo”. “Hay muchos de pulsera de la bandera de España en la muñeca y también muchos independentistas”, fue el resumen. 

Qué le han hecho los pijos a Colau y de dónde le proviene su aversión hacia ellos aún no se sabe, aunque algunas teorías apuntan a su relación y complicidad con los okupas, antisistema y perroflautas. Serían el sucedáneo y placebo de su frustrada lucha de clases. Más “la estupidez siempre insiste”, que decía Albert Camus. La cuestión es que el Google de Fiestas Exclusivas y Pijas de Barcelona, cita unas cincuenta discotecas y locales para pijos, además de los frecuentados por vips, artistas, deportistas y gente del famoseo. No entran en esta lista los clubs elitistas, que son otro concepto, otra categoría y otro nivel.

Para disgusto de la comparsa desaliñada de Colau, la fiebre del pijerío noche se disfruta en barrios tan distintos como el Eixample, Sant Gervasi, Port Olímpic, El Raval… Con referentes como la calle Tuset y Diagonal hacia arriba. Especialmente la Diagonal, corazón de la City financiera donde se concentran los poderes poderosos de verdad. Zona fashion, con comercios, empresas y despachos de postín. Locales elegantes, público selecto y turismo adinerado. La Diagonal tiene todo lo que excita las fobias y resentimientos de Colau y su casta, que intentaron generar un clima de hostilidad contra pijos nativos y foráneos. Su derrota es una ciudad cada vez más pija que atrae a más personas con derecho a divertirse y con más dinero para gastar. De repartir los beneficios derivados se ocupa el Ayuntamiento, que aún subvenciona la trama económica del colauismo.