Tengo que reconocer que cuando conocí el nuevo Gobierno de España me sorprendió la escasa presencia del PSC. Me sorprendió porque hoy Pedro Sánchez es presidente gracias a los 19 diputados socialistas catalanes. Solo un ministro me parecía un premio de consolación, y además en un ministerio que no se parece en nada al “superministerio” que dirigió José Montilla en 2004 con competencias en industria, energía, comercio interior, comercio exterior, minería, energía, telecomunicaciones y turismo. Hoy de aquello solo queda en el edificio de la Plaza de Cuzco industria y turismo. Que siga entre las competencias la Oficina de Patentes y Marcas no era consuelo ni me forzaba a un cambio de opinión.

Sin embargo, pasadas las horas y analizando la cuestión con sosiego, creo que me precipité porque la incidencia, la influencia y el poder no se miden en números sino en objetivos.

1.- Jordi Hereu será un gran ministro porque es un buen gestor y está bien visto en el mundo empresarial. Fue un gran alcalde de Barcelona y un buen primer ejecutivo de Hispasat, una empresa que no es menor. Me consta que empresarios de diversos sectores le han felicitado, al igual que han hecho con Héctor Gómez, el ministro saliente, que en apenas ocho meses ha dado la vuelta como un calcetín a un ministerio empantanado. Ahora los PERTE están en velocidad de crucero.

2.- En los PERTE Hereu tendrá un papel crucial porque muchos de ellos afectan a sectores como la automoción o la industria farmacéutica, radicada de forma importante en Catalunya. La economía catalana necesita un revulsivo y Hereu puede pisar el acelerador. Algunos, muy entusiastas, lo sitúan como concejal número 11 del PSC. No diría tanto, porque Hereu no ejercerá de militante socialista pero sí de activista para potenciar sectores clave que recalan en Catalunya y en Barcelona.

3.- La influencia política del PSC es indiscutible y no se mide por un ministerio más o menos, porque para Salvador Illa no es solo la hora de la política, sino la hora de la economía porque piensa en las autonómicas. Parafraseando a Clinton no es la política, es la economía, imbécil. La cuestión no es sacar al PSC del foco de la política, sino del foco de la amnistía.

4.- Es importante la estabilidad del Gobierno Sánchez pero para el PSC también es importante ganar la Generalitat. Por eso, el primer secretario de los socialistas catalanes en conversación directa con Pedro Sánchez ha querido sacar al PSC de la ecuación política para ponerlo en la ecuación económica con Industria, pero también con AENA, Renfe o Indra. En la política influir no quiere decir necesariamente

5.- Los nombramientos del ejecutivo han dejado a Colau en fuera de juego. Nadie ha pensado en hacerla ministra y Jordi Martí, siempre dispuesto a darlo todo -por él- ha puesto pies en polvorosa para recalar de número dos en el ministerio de Cultura, dirigido por Ernest Urtasun. Poco interés tienen los Comunes por la ciudad que dicen que aman. De hecho, la siguiente pregunta es dónde recalará Colau que parece esperar destino. Será el desmantelamiento de los Comunes lo que hará más fácil a Jaume Collboni tomar decisiones de gobernabilidad.

6.- La influencia política de Salvador Illa es innegable con Pedro Sánchez y en el PSOE. Tienen interlocución directa y complicidad. Por eso, es Illa y no Sánchez el que suda la camiseta para convencer a Hereu para que acepte y vuelva a primera línea de la política.

7.- Los socialistas catalanes saben que tienen que dar una imagen de centralidad. Por eso, Illa hace esta arriesgada apuesta. Hay que llegar a sectores y a electores que deben mirar al PSC y en épocas de incertidumbre eso es determinante. La última encuesta del CEO da la victoria a los socialistas con hasta 45 escaños. Illa sabe que no son suficientes.

8.- El as en la manga. En Can Pallars nadie confirma, pero tampoco nadie desmiente. Un alto dirigente socialista se limitó a decir “veremos” ante la insistencia de un rumor insistente. Si Nadia Calviño sale del ejecutivo para ir a Europa podría ser sustituida por un catalán: David Vegara, que ha trabajado en el Fondo Monetario Internacional, fue secretario de Estado con Pedro Solbes y actualmente es miembro del Consejo de Administración del Banco de Sabadell.

9.- Solo Sánchez sabe si este rumor será una realidad, pero hay razones para pensarlo. Vegara seguiría en la estela de la economía marcada por Illa, es un hombre de reconocido prestigio nacional e internacional y dejaría el camino libre a María Jesús Montero para ser vicepresidenta primera. Algo nada baladí.

10.- La última razón. Jordi Hereu es un señor de Barcelona. Se retiró de primera línea sin aferrarse a la silla y el tiempo ha demostrado que su gestión es la mejor de los tres últimos alcaldes. Perdió porque tenía enfrente a la crisis y a los medios de comunicación que le segaron la hierba bajo los pies. Volvió a la actividad privada tocando de pies en el suelo y vuelve a primera línea por la puerta grande. Algunos articulistas independentistas se congratulan al preguntarse dónde está el PSC. Piensan que le han arrebatado el protagonismo en Madrid. Puede ser, pero ese protagonismo es el desgaste en Catalunya y ahí estará Salvador Illa, el enterrador del independentismo. Un apunte: miren el último CEO.

Me desmiento. El PSC ha hecho una buena jugada con este gobierno sabiéndose extraer de las cuotas territoriales y apostando en Catalunya, apostando por volver a la Generalitat. De entrada, no es una mala idea.