En las recientes discusiones en torno al panorama del transporte de Barcelona, es esencial aclarar la importancia de los requisitos lingüísticos dentro de nuestra profesión del taxi. Quiero subrayar el contexto más amplio en el que operan estos requisitos, particularmente en el marco de la función pública y la supervisión normativa.

El sector del taxi en Barcelona, al igual que en muchas otras ciudades del mundo, opera dentro de un marco altamente regulado. Como servicio de interés público, los taxis están sujetos a rigurosos estándares para garantizar la seguridad, la eficiencia y la calidad del servicio para los pasajeros y la comunidad en general. Estos estándares abarcan diversas facetas, incluida la gestión de la congestión, la utilización del espacio público, consideraciones ambientales como la calidad del aire y los niveles de ruido, y, en particular, la competencia lingüística.

Los requisitos lingüísticos no son medidas arbitrarias, sino que son componentes del cumplimiento de las obligaciones de servicio público. En una ciudad multicultural y multilingüe como Barcelona, el dominio de las lenguas locales es esencial para una comunicación eficaz y un servicio al cliente. Garantizar que los taxistas tengan las habilidades lingüísticas necesarias no solo mejora la experiencia del pasajero, sino que también fomenta la inclusión y la sensibilidad cultural.

Además, quiero destacar que hablar catalán o reconocerlo como lengua oficial, que lo es por ley, no es una posición política. Es un aspecto fundamental para vivir y trabajar en Catalunya. Cualquier otra posición es irrespetuosa con la cultura y la lengua de esta región. Entendemos que no todos pueden tener las habilidades académicas, la paciencia o el tiempo para alcanzar la competencia en catalán, ya que la vida presenta sus desafíos. Por eso proponemos cursos de formación que se adapten a las necesidades de todos, y exigimos al Gobierno que destine fondos para un programa presupuestario para financiar cursos gratuitos para todos los taxistas que necesiten mejorar sus competencias en catalán para alcanzar el certificado B2.
Además, es decepcionante que Ramón De España, autor del artículo difamatorio publicado en Metrópoli Abierta, opte por recurrir a ataques personales infundados en lugar de participar en un discurso sustantivo. Las acusaciones de ser un "bocamoll" son infundadas y solo sirven para distraer del diálogo significativo sobre los temas en cuestión. Es lamentable que, en lugar de abordar preocupaciones legítimas sobre el cumplimiento normativo y el servicio público, el autor opte por caer en vulgares difamaciones.

A mis compañeros taxistas, quiero destacarles la importancia de mantenernos centrados en nuestro objetivo: mejorar, innovar y poner en valor nuestra profesión. Aunque se nos pueda comparar con los servicios de taxi de otras ciudades del mundo, nuestro objetivo es hacer que el servicio de taxi en Barcelona sea el mejor del mundo. Somos humildes y conscientes de que quizás aún no hemos llegado a esa cima, pero es nuestra aspiración, y seguiremos trabajando incansablemente para lograrlo hasta que nos retiremos.

Además, los requisitos lingüísticos y el programa que exigimos para mejorar la competencia catalana representan una oportunidad importante para los migrantes recién llegados, como los taxistas pakistaníes y marroquíes. Esta oportunidad no solo les permite mejorar su formación, beneficiosa para posibles transiciones laborales, sino que también facilita su integración social y cultural, un aspecto crucial de la cohesión comunitaria.

Queremos extender la mano a los colectivos de pakistaníes y marroquíes para discutir con ellos y el Gobierno cómo organizar estos cursos y requisitos lingüísticos, haciéndolos lo más accesibles posible para todos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que esto no debe validar ninguna irregularidad o fraude, como la falsificación recurrente de certificaciones de catalán.

Además, la competencia lingüística no es el único ámbito en el que los taxistas deben mejorar. Los cursos de asistencia en primeros auxilios en caso de accidentes o el abordaje de situaciones violentas o agresivas con los clientes, así como el reconocimiento y abordaje de los abusos o agresiones en el taxi o en la calle, especialmente los relacionados con la violencia de género, son aspectos igualmente importantes del desarrollo profesional.

En conclusión, los requisitos lingüísticos dentro del sector del taxi de Barcelona no son mandatos aislados, sino que forman parte de un marco normativo integral diseñado para mantener los estándares, proteger los intereses públicos y promover la inclusividad. Al reconocer la importancia de la competencia lingüística y el desarrollo profesional en el servicio público y el transporte, podemos fomentar un entorno urbano más equitativo y accesible para todos los residentes y visitantes.

Además, nos encontramos en un momento especialmente propicio para nuestro sector. Después de soportar dificultades considerables, hemos logrado articular nuestras preocupaciones y hacerlas entender tanto por el público como por los reguladores. Esta nueva comprensión tiene la promesa de dar forma a un panorama legislativo favorable que salvaguarde tanto a los clientes como la integridad de nuestro servicio. Mantengámonos firmes en nuestra dedicación a nuestra profesión y centrémonos en la tarea que nos ocupa.