Llegar por primera vez a un país en el que todo es nuevo: el clima, las costumbres, la alimentación, las leyes e incluso el idioma puede ser ilusionante o aterrador. Los obstáculos que dificultan la adaptación a este cambio, a veces deseado y otras, obligado, suceden de manera inevitable. Las decisiones que tomar y las gestiones administrativas no son sencillas y pueden resultar agotadoras entre tanta información novedosa.
Barcelona es una ciudad mundialmente reconocida por su riqueza cultural y arquitectónica, su agradable clima, su excelente gastronomía y su multiculturalidad. Así lo expresa Kurt Sommer: "Lo que más me gusta de Barcelona es su diversidad. Aquí puedes encontrar una mezcla única de culturas, idiomas y estilos de vida. La gente es abierta y acogedora, lo que facilita sentirse como en casa. Además, Barcelona tiene un equilibrio ideal entre vida urbana y naturaleza, con playas y montañas accesibles en poco tiempo. En resumen, lo tiene todo". Kurt, nacido en Buenos Aires, se trasladó a Barcelona siete años atrás junto a varios amigos para probar suerte en la escena musical. Aquello no funcionó, pero Kurt se enamoró de la ciudad y decidió quedarse. Desde entonces, combina sus inquietudes musicales con sus ambiciones profesionales centradas en la gestión de equipos y la optimización de procesos.
Mudarse a esta ciudad desde el extranjero puede vivirse como algo emocionante, una aventura llena de oportunidades. Sin embargo, como cualquier otra aventura, ésta tampoco está exenta de desafíos. En primer lugar, encontrar y adquirir una casa puede suponer un gran reto financiero, psicológico y anímico. Así lo vivió Isabella Teixeira, diseñadora gráfica y web de veintisiete años, nacida en Brasil: "Una de las mayores dificultades es encontrar un lugar para vivir. Es muy complicado, especialmente desde otro país. Pasé tres meses buscando un piso mientras todavía estaba en Brasil y fue muy difícil". Isabella, que se trasladó a Barcelona para estudiar un máster en User Experience Designer, sabe bien lo que es vivir las dos caras de la moneda: "Envié mis pruebas a la universidad y el mismo día que fui aceptada en el máster me despidieron de mi trabajo. Fue un mix de emociones, pero hoy veo que me llevó a donde debía estar".
Oleg Lyuvimov lleva casi dos años en Barcelona. Nació en Mocú y a los catorce se mudó a Estados Unidos, donde se graduó en Business Administration & Marketing. Tras un periodo trabajando en Nueva York, Oleg viajó a España para ampliar sus estudios con el objetivo de montar su propia empresa. Lo más arduo, comenta, fue obtener su visado: "Tuve muchos problemas tratando de legalizar mi situación". Los trámites burocráticos también fueron un verdadero desafío para Kurt, quien, a pesar de contar con la ventaja de un idioma común, necesitó armarse de paciencia para conseguir la documentación necesaria.
Adaptarse a las costumbres locales y establecer nuevas relaciones es otro de los grandes retos a los que se enfrentan las personas que empiezan de cero en otro país. "Es difícil construir nuevas relaciones con la gente de aquí porque mi español aún no es fluido", explica Oleg. Para Isabella, procedente de Latinoamérica, fue algo más fácil:"Tuve suerte con el idioma; el español es parecido al portugués y ya tenía una base cuando llegué. Decidí sumergirme por completo y aprendí rápido. El catalán pensé que me llevaría más tiempo, pero ya puedo entenderlo y me he propuesto aprenderlo 100% este año".
Papeleos, vivienda, nuevas costumbres, barreras lingüísticas… ¿Es posible sortear todos estos obstáculos sin perder la ilusión? "Algo que me ayudó cuando planeaba mudarme fue ver videos en YouTube de personas que ya se habían mudado aquí, hablando sobre cómo es la vida, temas laborales y trámites de documentos", comenta Isabella. "Creo que contar con una asesoría me habría facilitado mucho las cosas", añade, "alguien para explicarme los trámites, las diferencias de cada documento, dónde obtenerlos, qué hacer para cada uno, consejos, etc."
"Todos tenemos la idea de que irte a vivir a otro país es una experiencia increíble y de ensueño, pero la realidad es muy diferente: lidiar con temas burocráticos, documentación y personas insensibles puede convertirse en una pesadilla", explica Annali Ruiz. Annali, originaria de México, ha vivido también en Venezuela y Estados Unidos. A Catalunya llegó en 2024: "Barcelona es una ciudad maravillosa, con una comunidad de ciudadanos del mundo que me han abierto las puertas. Relacionarme me ha sido muy sencillo, he conseguido un sentimiento de pertenencia que no había tenido ni siquiera en México. Sin embargo, gestionar el trámite para mi visa de nómada digital fue toda una travesía que duró meses".
Su propia experiencia como expatriada es lo que ha llevado a Annali a crear Twolander, una plataforma dedicada a acompañar y ayudar a aquellas personas que se instalan en Barcelona por primera vez. Esa asesoría que Isabella hubiera deseado tener cuando decidió trasladarse a Barcelona.
"Las nuevas generaciones no tienen tan arraigado el sentimiento regionalista o de pertenecer a un solo lugar", explica Annali. «Desde Twolander les ayudamos a conseguir su casa de ensueño gracias a un acompañamiento único y personalizado. Además, les asesoramos para temas legales, lengua, seguros médicos, encontrar el mejor colegio para sus hijos y la mejor forma de integrarse a la sociedad del país al que están llegando».
En México, según Annali, las cifras indican que uno de cada cuatro extranjeros cae en fraudes al solicitar este tipo de servicios. «Esto sin mencionar que, si hablas un idioma diferente al local, será muy difícil explicar lo que quieres y lo que necesitas», añade. Para Oleg, cuyo sueño era obtener su permiso de residencia y poder empezar a trabajar en Barcelona, la frustración se disparó al darse cuenta de todo lo que esto se podía retrasar debido a la complejidad de los trámites.
"No somos sólo una empresa o un negocio", explica Annali sobre Twolander. Ella, que ha vivido en primera persona las dificultades de llegar a un nuevo país, tiene clara la forma de ayudar a otras personas que se enfrentan a esa misma situación:"Somos un grupo de ciudadanos del mundo que hemos pasado por lo mismo que tú, por eso somos empáticos y buscaremos siempre lo mejor para la comunidad".
Porque, como afirma Kurt, "Barcelona ofrece una excelente calidad de vida y una atmósfera que fomenta la innovación y la creatividad". Él no duda que su aventura, a pesar de los desafíos, ha merecido la pena: "Quiero animar a todos los lectores a salir de su zona de confort, a perder el miedo al qué dirán y jugársela por sus sueños. Lo mejor siempre está por venir y lo importante es disfrutar del camino. Espero que mi historia inspire a otros expatriados y profesionales a seguir sus pasiones y a buscar siempre nuevas oportunidades para crecer y desarrollarse".