Exterior de la Sagrada Família

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Opinión

La Sagrada Família y yo

Gozamos de un patronato de la Sagrada Família cuya obsesión es convertir Barcelona en un apósito del templo, lo cual llevó al arquitecto Oriol Bohigas a definirlo como “un vómito del catolicismo”

La Sagrada Família dispara sus ingresos hasta los 133 millones con un récord de visitantes en 2024

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Supe de la existencia de la Sagrada Família en mi infancia, cuando un día que iba por la calle con mi padre, una señora con pinta de beata nos pidió dinero para acabar la basílica en cuestión.

No recuerdo si mi progenitor le echó algo en la hucha, pero sí que la cosa me pilló totalmente por sorpresa.

Poco después, le pedí a mi señor padre (que detestaba a Gaudí, como descubrí con posterioridad) que me llevara a ver la iglesia en cuestión, que me causó una grata impresión porque me recordó las arquitecturas futuristas de los comics de Flash Gordon.

Me explicó mi padre que las obras no se acababan nunca y que hacía décadas que se habían puesto las primeras piedras.

La Sagrada Família de Barcelona en una imagen de archivo / PAU VENTEO - EUROPA PRESS

La Sagrada Família de Barcelona en una imagen de archivo / PAU VENTEO - EUROPA PRESS

Lo de que las obras no se acababan nunca lo he podido comprobar a lo largo de toda mi vida. Y el año que viene, por cierto, se cumple el centenario de la muerte de Antoni Gaudí (Reus, 1852 – Barcelona, 1926), con una posible visita del Papa de Roma.

Un reciente artículo de D.T. Max en The New Yorker aborda la Sagrada Família desde una perspectiva crítica y se pregunta si estamos ante una obra maestra de la arquitectura religiosa o ante un monumento al kitsch de nivel cinco.

Yo diría que las dos cosas. Creo que fue una obra maestra mientras Gaudí la supervisaba y un monumento al kitsch después de que al arquitecto lo arrollara un tranvía mientras iba pensando, intuyo, en sus cosas de meapilas profesional.

Propio de Las Vegas

Cuando yo nací, lo kitsch ya llevaba años desplegándose tranquilo. A mis nueve años, el célebre arquitecto suizo (nacionalizado francés en 1930) Charles-Edouard Jeanneret-Gris, en arte Le Corbusier (1887 – 1965), dijo poco antes de morir que los continuadores de la obra de Gaudí lo estaban haciendo todo con el culo (bueno, no lo dijo exactamente así, pero se le entendía todo).

Más valdría haber dejado las cosas como estaban a la muerte del arquitecto, quien tenía la muy discutible costumbre de trabajar sin planos porque lo tenía todo en la cabeza.

La Sagrada Família el día de la Diada en Barcelona

La Sagrada Família el día de la Diada en Barcelona X (@SagradaFamília)

También Salvador Dalí apuntó en esa dirección cuando dijo que la Sagrada Família había que dejarla como la había ideado su creador, colocándola, a ser posible, bajo una inmensa campana de cristal (¿para que no le entrara el polvo?).

La verdad es que esa habría sido la mejor manera de evitar unas obras que han dejado la Sagrada Família convertida en un edificio que quedaría perfectamente en Las Vegas, junto a la falsa torre Eiffel y los falsos canales venecianos del hotel The Venetian.

"Vómito del catolicismo"

Recuerdo una de las agresiones más bestias a la basílica porque la viví cuando colaboraba en El País y me harté de escribir al respecto.

Me refiero a cuando Pujol en persona le montó un estudio en la Sagrada Família al escultor Josep Maria Subirachs (padre de mi amigo Roger, el dibujante de comics, que en paz descansen ambos) para que diera rienda suelta a su imaginación calenturienta y lo llenara todo de esculturas encarcarades que dieran una grima tremenda.

Lo de Subirachs generó una hostilidad generalizada del mundo de la cultura y hasta hubo manifestaciones para que lo sacaran de allí, aunque fuese recurriendo a la fuerza pública.

Sagrada Familia / METRÓPOLI ABIERTA

Sagrada Familia / METRÓPOLI ABIERTA

Huelga decir que no conseguimos nada y que el escultor se quedó en la Sagrada Família hasta el fin de sus días, fabricando ángeles encarcarats uno detrás de otro, mientras aparecían torres y estrellas y más añadidos modelo Las Vegas.

Actualmente gozamos de un patronato de la Sagrada Família cuya obsesión es convertir Barcelona en un apósito del templo, lo cual llevó al arquitecto Oriol Bohigas a definirlo como “un vómito del catolicismo”.

La principal iniciativa del actual patronato es construir la llamada Escalinata de la Gloria, para la que no hay mucho sitio disponible.

A no ser que se derriben cuatro o cinco manzanas del Eixample, idea propuesta por esos representantes del cristianismo implacable que integran el patronato de marras y que espero no sea asumida por el ayuntamiento, que incrementaría así su crónica negra de manera exponencial. 

La Sagrada Família en una imagen de archivo / PEP DAUDÉ - SAGRADA FAMÍLIA

La Sagrada Família en una imagen de archivo / PEP DAUDÉ - SAGRADA FAMÍLIA

Además de permitir que los fondos buitre echen de sus domicilios a inquilinos de la toda la vida, demoler las viviendas de tropecientos ciudadanos ya sería de traca.

Si nos descuidamos, la Sagrada Família puede acabar llegando a las orillas del mediterráneo. Y aunque ya es tarde para lo de la campana de cristal, estaría bien que alguien les parara los pies a los del patronato.

O, dado que el edificio ya está totalmente echado a perder y parece una mona de Pascua, ¿por qué no vendérselo piedra a piedra a los japoneses o al estado de Nevada? Modesta proposición que le hago a nuestro querido alcalde.