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Andrew Garfield y Julia Roberts en una escena de 'Caza de Brujas'

Andrew Garfield y Julia Roberts en una escena de 'Caza de Brujas'

Opinión

Como una tela de araña

"Oír a José Luis Aranguren referirse a uno de sus hijos como "subnormal" impacta. Usaba esa palabra que ahora nos escandaliza en una entrevista en 'A fondo' de 1978. El lenguaje inclusivo es uno de los pocos beneficios del mundo 'woke' que empezó a nacer poco después"

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El fin de semana pasado se estrenó en Barcelona Caza de brujas, una película que gira en torno a la crisis que provoca en el ambiente académico de la Universidad de Yale un presunto caso de violación; o, mejor dicho, su denuncia.

La historia se explica de forma compleja y poliédrica, quizá porque el material es muy peligroso y está lleno de trampas.

El eje de los 139 minutos de proyección es la cancelación de un hombre por una acusación tan creíble –o no-- como su propia defensa, que el acusado no tiene oportunidad de ejercer.

El director, Luca Guadagnino, aplica el bisturí a la nueva forma de relacionarse entre las clases intelectualmente acomodadas del mundo occidental. Es la actitud woke, que se ha convertido en una tela de araña que encarcela a los individuos y cuya crítica monopoliza la extrema derecha con demasiada frecuencia.

La acusación de una doctorando negra –y rica--, con muchas aspiraciones --y pocas capacidades--, lesbiana –y emparejada con una trans— contra un profesor guapo, heterosexual, vividor, cis y blanco es más letal que un dron.

Guadagnino se cuida de explicar que la víctima ha sido pillada copiando en un examen y plagiando su tesis precisamente por el agresor, pero no resuelve el enigma de quién de los dos miente menos. Su objetivo es otro.

Mientras veía la película no podía dejar de pensar en Joan Ollé, que fue acusado y sentenciado públicamente por acoso sexual, por forzar situaciones incómodas a sus alumnas del Institut del Teatre. Me acordé también de que murió muy joven, infartado, año y medio después de ser expuesto en la plaza pública por unos hechos que --después de haber sido ventilados-- ni siquiera fueron admitidos a trámite por la fiscalía.

La actitud woke de la difusión de aquellas acusaciones y el silencio canalla posterior se merecen otra After the hunt --el título original del film-- en versión local.

También me acordaba de algún presunto violador sentenciado por los medios barceloneses –y de todas partes--, posteriormente exculpado de forma unánime por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC).

Esos dos casos de Barcelona tienen en común una condena moral colectiva por actos que --de momento-- no son ilegales, ni figuran en el Código Penal, sino que en todo caso son reprobables desde la moral que se ha impuesto.

También me vino a la memoria José Luis López Aranguren, un catedrático de ética y filósofo del siglo pasado muy célebre. El régimen franquista trató de cancelarlo sin éxito cuando se unió a los jóvenes universitarios en sus peticiones de libertad.

Este verano estuve viendo la entrevista que Joaquín Soler Serrano le hizo en TVE en su magnífico programa A fondo a finales de 1978. Y me dejó de piedra.

Hace muchos años había oído que Aranguren contaba a veces lo divertido que le resultaba jugar con un hijo que tenía el síndrome de Down. Probablemente, era una forma de normalizar la enfermedad de su pequeño, una manera de humanizar al más frágil de sus 10 vástagos.

Pero en la entrevista se refería a él varias veces como “subnormal” y también como “mongólico”. Oír esas palabras en 2025 impacta, y mucho más si salen de la boca de un gran intelectual, y sobre todo de un padre que quería a ese hijo de una forma tan especial.

Si hoy viviera, Aranguren se habría apuntado al vocabulario que antepone la persona a su condición, que ha vetado el uso de la terminología de doble uso. Es indudable.

Esos cambios en el lenguaje para eliminar las palabras despectivas y hacerlo más inclusivo que tanto nos han mejorado, también arrastran una moralina que cuando se consolida termina por atraparnos como la tela de araña que inmoviliza a los intelectuales de Caza de brujas.