Josep Maria Bartomeu
Josep Maria Bartomeu es una persona con poco criterio, pendiente siempre del entorno y de quedar bien con todos. Y no hay peor síntoma de debilidad en el Barça que la madriditis, un complejo que parecía erradicado pero que ha vuelto a instalarse en el Camp Nou con los últimos éxitos del Real Madrid. Incluso cuando el equipo azulgrana manda en la Liga.
El próximo sábado, el Barça visita el Bernabéu con una renta de 11 puntos, un escenario idílico e inimaginable hace unos meses cuando el Madrid le dio un repaso a los barcelonistas en la Supercopa. Al equipo de Zidane le falta un partido porque el pasado fin de semana conquistó el Mundial de Clubes.
El Barça, un club que presume de valores, debería hacerle el pasillo al Real Madrid, pero Guillermo Amor, su responsable de relaciones institucionales, ya ha dicho que no habrá ningún reconocimiento público al eterno rival. Alega que el Barça sólo hace el pasillo a aquellos equipos que participan en sus mismas competiciones, una excusa de mal pagador que agrava la falta de criterio de la actual junta directiva.
Bartomeu, su junta directiva y sus ejecutivos se equivocan. Las buenas formas son tan o más importantes que un buen resultado. El Barça no merece estos dirigentes porque quienes hace seis años criticaron que los jugadores del Madrid se retiraran a los vestuarios tras perder la Supercopa en el Camp Nou, ahora responden con la misma moneda.