La Barcelona de Elisenda Roca
“Lo que más me gusta de Barcelona es que es una ciudad para pasear”, dice la polifacética periodista
30 diciembre, 2017 10:19Noticias relacionadas
Mujer polifacética y muy activa, Elisenda Roca llegó al mundo del periodismo por casualidad y ha conseguido ser uno de sus grandes nombres de los últimos tiempos. Amante declarada de la radio, que dice llevar en el ADN, su cara se hizo conocida por su paso por televisión, pero es además escritora y directora de obras teatrales. En su carrera periodística ha cosechado muchos premios, todos muy queridos por ella, aunque se siente especialmente orgullosa del Ondas. Se declara enamorada de Barcelona, de sus gentes, de cada uno de sus rincones y de su mar. Ese mar que la ciudad olvidó durante muchos años y que, afortunadamente, recuperamos hace ya algún tiempo. La Barcelona de Elisenda Roca es toda la ciudad, aunque le gusta especialmente su litoral.
Háblame de tu Barcelona, de ese rincón que te resulta especial
Escoger uno es muy complicado, pero si me tengo que decantar, sin duda escojo estar cerca del mar. Porque me gusta y porque Barcelona vivió muchos años de espaldas a él, aunque afortunadamente ya hace tiempo que se abrió al mar. Pero incluso cuando la ciudad le daba la espalda, cuando la inmensa mayoría de sus gentes le ignoraban, yo ya vivía en los chiringuitos de la Barceloneta, pegada al mar. ¡A la que me podía escapar, arena y mar! Pero hay otro rincón de Barcelona que es mi favorito y que va moviéndose de lugar: mi casa y la de mis amigos. Yo soy feliz en mi ciudad, cuando estoy con los míos, con mi hijo, mi familia y mis amigos. Cuando comparto con ellos un café, una charla, un momento, estoy en mi rincón favorito de Barcelona.
El mar. Me hablas de una zona de la ciudad que ha experimentado un cambio radical en relativamente pocos años. ¿Qué echas de menos del litoral tal como era y qué te gusta del actual?
Verás, yo fui muy crítica cuando decidieron quitar los chiringuitos de la playa, en parte porque creo que los barceloneses nos caracterizamos por quejarnos de todo, pero debo reconocer que, una vez visto el resultado final, me encanta. Esas magníficas playas, esos maravillosos paseos al lado del mar no tienen precio. La zona de los restaurantes del Hotel W, popularmente conocido como el Hotel Vela, o subir a su terraza y disfrutar de otra visión de la ciudad, es algo increíble. Aquí tenemos poca costumbre de utilizar los hoteles para ir a tomar algo, cosa que no pasa en Madrid, y me parece que la gente se debería animar a hacerlo más a menudo, descubrirán rincones muy especiales. O acercarte al Restaurante Martínez en Miramar, donde antes estaba Televisión Española y contemplar la vista, o subir a los búnkers del Carmel y divisar desde allí toda la ciudad y su mar, es una experiencia que todo el mundo debería tener. ¡El mar de Barcelona no solo se disfruta estando en la playa! Pero me sigue encantando ir a los sitios donde todavía se puede tomar algo en la arena, contemplar a los jóvenes practicando el paddle-surf y pensar: ¡no estoy en Miami, estoy en casa, en Barcelona!
Y pasear
Claro, eso es lo más bonito, lo más importante para mí de Barcelona: es una ciudad donde puedes pasear. Recuerdo una anécdota de Constantino Romero muy divertida. Una de sus ciudades favoritas era Los Ángeles y cuando pudo ir de vacaciones, él salió a pasear. Iba vestido como lo hacía en vacaciones, con un pantalón de peto, unas deportivas y una mochilita colgada a la espalda. Cuando preguntó dónde estaba Berverly Hills le dijeron que siguiera esa autopista. Y claro, la gente no pasea en Los Ángeles, no anda por el arcén de una autopista y la policía acabó parándole. Creían que era un maleante, no les entraba en la cabeza que fuera un turista de paseo. Aclarado el malentendido, le acompañaron en el coche patrulla a Rodeo Drive y le explicaron que ahí sí podía pasear, pero no para moverse de una zona a otra de la ciudad. Y por eso, lo que más me gusta de Barcelona es que la puedes recorrer paseando, que puedes ir por cualquier barrio y la gente se conoce, se saluda. Hay una sensación de orgullo de barrio, del más humilde al más adinerado, que me encanta.
Cuando hice junto al magnífico ilustrador Jordi Vila Delclòs un álbum pop-up sobre la ciudad que se llamó, Barcelona pop-up, decidimos revisitar todos aquellos lugares que hacía años que igual no veíamos. Fuimos al Park Güell antes del horario de apertura, disfrutamos una vez más de las magníficas vidrieras de la Sagrada Família que había elaborado su padre, Joan Vila-Grau, para que la luz acariciara las paredes blancas del templo, en fin, recorrimos toda la ciudad, y acabamos convencidos de que estábamos enamorados de Barcelona, que cada lugar, cada rincón, tenía su motivo para el enamoramiento.
Hablemos de ti. ¿Cuándo decidiste que querías ser periodista?
La verdad es que nunca, llegó por azar. Yo de pequeña quería ser y por este orden, bailarina y novelista. Iba a estudiar historia, pero cuando tenía 16 o 17 años, llegó de Nueva York el tío de una amiga mía que quería organizar la primera maratón de Barcelona. Como nos gustaba escribir nos ofreció hacer una revista que se llamaría Maratón y, con la inconsciencia de la juventud, dijimos que sí. Ninguna de las dos teníamos ni idea de lo que era una maratón, pero nos pusimos las pilas, hablamos con atletas, con médicos, con entrenadores, nos empapamos del tema. Y apareció una tienda de deportes que había en la Plaza Urquinaona que quería patrocinar un espacio radiofónico en Radio Juventud para hablar del evento. Y nos mandaron a la sobrina del organizador y a mí a la radio, y durante meses hablamos de maratones, medias maratones,… Al acabar en verano, el director de la radio me ofreció la posibilidad de seguir con ellos y así fue como decidí hacer la carrera de periodismo. ¡Empecé la carrera cuando ya tenía trabajo en la radio! Mi verdadera escuela fue la radio. Por eso digo que llevo la radio en el ADN: era oyente de radio, soy oyente de radio y en mi casa hay radios por todas partes, aunque ahora la escuchamos casi todos a través del móvil.
¿Y cómo pasas a la televisión?
¡Gracias a la radio! Estaba en Antena3 Radio y en Madrid estaban montando la primera televisión privada de España. El director de Antena3 Televisión dijo que yo le interesaba y me fui a Madrid a hacer un con curso que se llamaba Los Segundos cuentan. Fue como una locura porque teníamos un estudio de radio en Madrid desde donde yo seguía haciendo el programa para Barcelona y, cuando terminaba, grababa el concurso de la tele. Al cabo de un tiempo, Juan Ramón Mainat, jefe de programas de TVE Sant Cugat me dijo: voy a hacer el primer fichaje de una tele privada para la pública. ¡Claro, era la única tele privada que existía y me fichó a mí para la televisión pública española! Y empecé con Cifras y letras.
Así que, la radio me llevó a la tele y, la verdad, es que me lo pasé muy bien, me sentí muy cómoda. No sé si porque toda la vida había hecho teatro, ya que mis padres se dedicaban a ello, pero la verdad es que no me sentía nada extraña ni impresionada en este nuevo medio.
¿Tus padres se tomaron bien el que quisieras ser periodista?
¡Estaban encantados! Además, ten en cuenta que en casa todos nos dedicamos de un modo u otro a los medios: mi hermana es productora de televisión, ahora viviendo en la academia de Operación triunfo, ¡no le vemos el pelo a la pobre! Y mi hermano, productor teatral. Mis padres están encantados, ¡nos ven felices haciendo lo que nos gusta y encima nos ganamos la vida! Es lo mismo que yo le intento inculcar a mi hijo: prepárate para lo que quieras hacer y adelante. Él quería ser músico y ahora ya lo es, y desde pequeño lo matriculé en la Escola de Música del Palau. Después cuando quiso dejar el piano para pasar a la guitarra, le dije que muy bien pero que lo hiciera en serio y fue a la Aula de Música Moderna y Jazz en el conservatorio del Liceu. Formación y después lanzarte a lo que quieres, pero siempre con una formación. Lo que “el saber no ocupa lugar” es una gran verdad. Y ya ha montado un grupo de rock junto con otros compañeros que se llama Stone Iron Races, han hecho conciertos y los puedes encontrar en Spotyfi.
¿De todos los programas de televisión que has hecho, con cuál te quedas?
Siempre con el último, siempre. Pero estoy convencida, que mi gran suerte fue hacer Los Segundos cuentan en Antena 3. Ver nacer una televisión, con todos los problemas, la improvisación, la locura y una ilusión desbordante fue una gran experiencia. Tenía un realizador maravilloso que me dejaba experimentar, que me decía sí a cualquier locura que se me ocurriera. Creo que ahí me formé televisivamente y eso me ha permitido hacer la televisión que después he hecho. Y Cifras y letras marcó un punto de inflexión en mi carrera. Era un programa muy sencillo pero muy cuidado, donde volvía a estar rodeada de un magnífico equipo y donde ninguno de nosotros era el protagonista: las protagonistas eran las vocales, las consonantes y los números. Creo que ese planteamiento tan sencillo y tan sincero nos proporcionó un acercamiento al público, tanto adulto como niños, impresionante. Fueron seis años fantásticos compitiendo ni más ni menos que con el Telediario. Y mi último programa, La tarda, ya en BTV, fue el programa en mayúsculas en el que disfruté como una loca. Era sobre Barcelona, mi ciudad, tenía una vez más un gran equipo conmigo, pequeño en número pero muy grande, y todavía hay gente que me para por la calle para felicitarme por el programa. Me pasa mucho con Cifras y letras, pero cuando la gente me para para hablarme de La tarda siento una ilusión especial.
Y acabas en la televisión y vuelves a la radio
No, no exactamente. Después de acabar La tarda tras cinco años muy intensos necesitaba un tiempo de descompresión. Un programa de tres horas diario se te lleva todo el tiempo del día. Me dediqué durante un año a finalizar proyectos que no había podido concluir en esos años: proyectos editoriales de literatura infantil y juvenil que, por cierto, sigue sin estar suficientemente valorada, y a hacer una cosa que no había podido hacer desde hacía mucho tiempo, desde Misterioso asesinato en Manhattan, que era dirigir teatro. Había una obra que a mí me enamoró desde la primera vez que la vi en Londres, Te quiero, eres perfecto, ya te cambiaré, y que había producido mi hermano Carles. Le convencí para volverla a hacer bajo mi dirección y, la verdad, es que fue todo un éxito y estuvimos durante dos años programados en distintos teatros como el Tívoli o el Goya. Y también, junto a mi querido Andreu Gallen, director musical y compositor, engañamos a otros grandes, Guillem Clua, fantástico dramaturgo y guionista, y Jordi Cornudella, compositor, para hacer un musical de nuevo formato, 73 razones para dejarte. Fue otra vez todo un éxito y trabajamos super a gusto. Ahora estoy en un nuevo proyecto, una obra infantil preciosa que se estrenará en febrero. No os quiero contar mucho, pero tenemos hadas traviesas, personajes que salen de sus cuentos, y un elenco de pequeños artistas que bailan como los ángeles y que me han enamorado por completo.
Pero sigues vinculada al mundo del periodismo
Sí, sí. Actualmente colaboro con unas píldoras de opinión en el programa El Món de RAC1 con Jordi Basté y tengo un programa de análisis televisivo en la radio con el gran Carles Mesa en Gente despierta. ¡Fíjate, la tele en la radio!
Y la Elisenda escritora, ¿de dónde sale?
¡Una vez más, gracias a la radio! El primer libro que hice fue con la doctora y gran amiga mía Carlota Basil. Se llamaba y se llama, porque vamos por la séptima edición, Vamos a ser padres. Es un libro que trata el embarazo, el parto y postparto de una forma rigurosa pero muy amena, huyendo de tópicos algo obsoletos y muy centrado en nuestra realidad, en la sanidad de aquí, en cómo vivimos las cosas aquí. Me hace inmensamente feliz que se siga vendiendo, porque significa que ayuda a gente y la verdad es que, tener un long-seller, hace mucha ilusión. Pero cuando la radio me lanzó a escribir, fue cuando estaba haciendo Días de radio el fin de semana en COM Ràdio. La primera hora decidimos dedicarla a los niños, ya que en fin de semana muchos adultos están todavía durmiendo a la 9.00 horas, y pensamos en dramatizar cuentos, hacer radio teatro. Eran cuentos cortitos, para no cansar a los niños, y quedaban muy bonitos con los efectos musicales que el técnico de sonido les añadía. Cada fin de semana hacíamos uno y con la editorial Empuries decidimos hacer una recopilación que se llamó M’expliques un conte (Me cuentas un cuento) con un CD con una selección de diez cuentos. Y a partir de ahí empezó todo. Una cosa muy importante para entender la literatura infantil que tenemos aquí, es reconocer los grandiosos ilustradores que hay un nuestro país. Un ilustrador bueno hace que tus palabras, que tu idea, se llene de vida y crezca de una forma absoluta. Son magníficos y a mí me han dado muchas alegrías, todavía me emociono cuando me llegan las nuevas galeradas y veo lo qué han hecho con mis palabras. Me impresiona.
Háblame un poco de la Elisenda madre
Soy una madre que hace lo que puede, soy imperfecta, pero creo que si aplicas la fórmula de quilos infinitos de amor, toneladas de paciencia y tener claro que tú eres la adulta, al final las cosas salen. Debes recordar el tú niño y entender que, por supuesto, sin violencia y sin gritos, la autoridad debe estar presente y debes ser tú. Todos hemos sido niños y hemos tratado de ganar terreno cuando hemos visto que nos dejaban la más mínima oportunidad y, por eso, es importante marcar límites. Deben entender que tú no eres una amiguita, aunque seas la persona más amorosa y simpática del mundo, eres una madre que debe marcar unos límites. Y, sobretodo, tener muy claro que los niños imitan lo que ven en su casa y, por tanto, si lo que ven es respeto por los demás, educación y trato cariñoso, es lo que ellos adoptarán como comportamiento normal. Les debemos dar las herramientas, enseñarles la ruta, y dejar que ellos la recorran solos, siempre estando alerta especialmente en estos tiempos en que están expuestos a una brutal sobreinformación. En definitiva, soy una madre imperfecta que va aprendiendo de cada etapa. Me definiría como la madre aprendiz.
Ahora eres crítica de televisión en la radio. ¿Cómo ves la tele de hoy en día?
Si, en Gente despierta en RNE, en la madrugada de lunes a martes, estamos veinte minutos analizando lo que dan en televisión. La verdad es que hay programas que merecen la pena y después está esa televisión que es puro negocio, que no respeta ni donde se ponen las pausas publicitarias en medio de una película porque de lo que se trata es de machacarle la publicidad a la cadena rival, y programas que venden unos estereotipos que creo que en el siglo XXI ya deberíamos tener superados. Estoy asistiendo con preocupación a un cierto resurgimiento del machismo por parte de algunos hombres y también mujeres, y creo que hay programas que lo fomentan. Veo, en demasiadas ocasiones, mucho músculo y mucho pecho, pero muy poco cerebro. Habíamos recorrido bastante camino en el terreno de la igualdad, aunque todavía quedaba un largo camino por recorrer, y me preocupa que deshagamos parte del camino. Mi opinión es que la televisión y en general todos los medios, deberían estar a favor de la igualdad y no torpedearla con según qué tipo de contenidos, con según qué tipo de opiniones o publicidades.
Elisenda Roca es pura vitalidad, transmite ilusión cuando te cuenta sus experiencias pasadas y entusiasmo cuando te habla de sus futuros proyectos. Polifacética y convencida de que aún le quedan cosas por explorar, cree que todos tenemos una llave en la mano que nos permite abrir infinidad de puertas, que nos abre un mundo de posibilidades, si trabajamos por ello con entusiasmo y preparación. Elisenda es como el mar de su amada Barcelona: suave y tranquila, pero con la fuerza suficiente para avanzar ante cualquier obstáculo.