El Ayuntamiento de Barcelona contrató durante la pandemia la confección de 200.000 mascarillas para dotar a su personal, ya que se habían acabado las reservas existentes. La contratación del material se realizó a través de la empresa pública Barcelona Activa. “Debido a la escasez de mascarillas para proteger al personal municipal adscrito a los servicios esenciales y otras entidades colaboradoras, desde el Ayuntamiento de Barcelona se pone en marcha un Plan de Contingencia que tiene como objetivo activar, con urgencia, una red local con capacidad de confeccionar estas mascarillas”, dice un informe técnico firmado por Lorenzo di Pietro, director ejecutivo de Emprendeduría, empresa e Innovación de Barcelona Activa.

El informe destaca también que la empresa municipal “al igual que el resto de áreas, colabora en el diseño e implementación de este plan, identificando proveedores de los diferentes servicios (provisión del tejido, corte, confección de las mascarillas, lavado y transporte) y negociando condiciones para la provisión de los diferentes servicios”.

CONTRATO DE 314.000 EUROS

Recuerda el texto que Barcelona Activa tiene como objeto social fomentar, facilitar, promocionar e impulsar toda clase de actuaciones generadoras de empleo y de actividad económica y que una de sus misiones es coordinar las iniciativas tanto del sector público como del privado para mover la economía. Además, el plan de contingencia ante el Covid-19 es de emergencia “porque la disponibilidad de los diferentes materiales, así como de los proveedores de los servicios se reduce cada día, cada hora. Este contrato, por tanto, forma parte de este dispositivo de emergencia”.

Las mascarillas fueron pagadas a un precio unitario de 1,3 euros (más el IVA), por lo que el contrato de adjudicación 314.600 euros. Aunque el contrato es de finales del mes de marzo pasado, no se inscribió en el portal de la transparencia hasta el 18 de agosto pasado. La adjudicación se realizó directamente a la empresa ARCH Max Global, de la que el informe de Barcelona Activa dice que “dispone de la capacidad y solvencia técnica adecuada”.

LA OBRA DE UN EMPRENDEDOR

No es para menos: Arch Max global se creó en 2012 por un joven empresario, Jordi Martí, que se dedicaba a importar prendas deportivas para alta competición. En 2015, la empresa dio un giro radical a su trayectoria: Martí diseñó calcetines térmicos para prevenir lesiones entre deportistas. Los calcetines fueron acreditados por expertos del sector. El grupo Biopiex llegó a certificar que estas prendas eran efectivas contra la fascitis plantar, en un proceso en el que contó con la ayuda del servicio de traumatología del Hospital de Sant Pau. A continuación, la empresa pudo exponer sus productos en una feria de Estados Unidos.

Jordi Martí, fundador de Arch Max / DIFFUSION SPORT



El éxito fue tal que los calcetines fueron adoptados por el Barça, pero aunque algunos jugadores llegaron a realizar promoción de los mismos en redes sociales, el club azulgrana (que utilizó estos calcetines durante una gira por América) prohibió la prenda y al poco tiempo recibió calcetines similares de su patrocinador oficial. Sin embargo, en otros deportes, la marca ArchMax fue aceptada sin problemas.

EL SALTO A HONG KONG

A partir de ahí, la empresa catalana comenzó a fabricar también otras prendas y complementos, como chalecos de hidratación para corredores o cinturones portaobjetos. Sus prendas ya han sido las oficiales en carreras deportivas internacionales. Así, se han utilizado por los equipos de España, Brasil o Chile. Aunque el taller de Cataluña es el que produce las prendas en España, Martí abrió hace dos años un almacén en Hong Kong para abastecer al emergente mercado asiático.

El año pasado, ArchMax se alió con Adidas para equipar a los participantes del campeonato mundial de Running (de hecho, equipa a los campeones mundiales Timothy Olson, Luis Alberto Hernando o Tom Evans). En esta nueva aventura, dispone de un catálogo de más de 300 productos que incluye también camisetas o chaquetas windproof y waterproof.

El pasado mes de marzo, justamente antes de decretarse el estado de alarma, la empresa barcelonesa había llegado a un acuerdo con el Cabildo de La Palma para patrocinar Transvulcania, la ultramaratón más dura de las Islas Canarias. La pandemia truncó esa carrera este año, pero ArchMax siguió en el candelero fabricando mascarillas contra el coronavirus.

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