Gabriel Rufián

El diputado de ERC en las Cortes de España, Juan Gabriel Rufián Romero, sólo ha conseguido 1.500 votos más que antes de pasearse por Santa Coloma de Gramenet con aires, estilo y modales de chulapón madrileño. Y sin embargo, el beato Oriol Junqueras lo envía otra vez a la elecciones generales asegurando que Rufián es “el mejor candidato”. De ser así, se entiende el bajón de ERC en Catalunya y el desgaste, decadencia y mediocridad  de la troika formada por Aragonés, Junqueras y su monaguillo Rufián.

Entre sus servicios a la patria catalana, destaca que Rufián ha sido uno de los tres diputados expulsados del parlamento en democracia. Un gran mérito que se ganó a pulso haciendo payasadas con impresoras y esposas. Y es mientras España y Madrid roban a Catalunya, Rufián se llena los bolsillos en la capital de España, donde ha emparejado con una periodista navarra responsable de prensa del PNV. Con un sueldo de casi diez mil euros mensuales, más dietas, desplazamientos y otras prebendas, el colomense vive como un rey republicano.

El año 2015, Rufián prometió: “En 18 meses dejaré mi escaño para regresar a la República Catalana.” Pero sigue en Madrid aferrado al sillón y a la bicoca, aunque ahora deberá volver a Santa Coloma una vez al mes como concejal de una ciudad que ha votado socialista y la República Catalana ni está ni se la espera. Prototipo de lo que los extremistas independentistas y racistas llaman “charnego agradecido”, no cae simpático ni a muchos militantes de su partido.