Jordi Barri

De fracaso en fracaso hasta el fracaso final, Jordi Barri i Carles es el prototipo de empresario catalán que hunde en cuatro días lo que sus antepasados construyeron durante años. CEO de la empresa Flax&Kale, cierra su restaurante de Passeig de Gràcia. El imperio de alimentación y restauración que crearon Teresa Carles y su fallecido marido, Ramon Barri, continúa perdiendo negocios desde que su hijo se puso al frente. Formado en la UPF y en IESE, se comprueba que una cosa son los títulos y otra la faena. Muy pendiente de su imagen en las redes, su gestión ha comportado, también, el cierre del restaurante en pleno corazón del barrio Gòtic, que fue el primero en caer. En Madrid naufragó otro similar al del Passeig de Gràcia. Y con Barri llegó el escándalo cuando liquidó el local y el personal del establecimiento de La Roca Village de Barcelona, cuyo personal le salió respondón.

Fue cuando comenzó a hundirse su reputación a causa del mal estilo en un despido masivo criticado como presunto fraude de ley. Sin cintura y algo ególatra, cometió el error de bajar de su dorado puesto de mando al mundo real para enfrentarse cuerpo a cuerpo con una camarera y los sindicalistas. Le pusieron de los nervios y de vuelta y media en las redes, y fuentes de su empresa se vieron obligadas a diferenciar entre presuntas amenazas y advertencias a los trabajadores.  Al hombre que profetiza que “el futuro es veggie”, lo critican hasta los veganos por un asunto de la vitamina B12. Pero aún le sobra tiempo que perder en lo que llama “debates morales” sobre alimentación.