Ernest Maragall

El tete fracasa, fracasa y vuelve a fracasar. Como premio por obtener los peores resultados electorales de ERC en Barcelona, lo envían ahora al Senado del Reino de España, allá en el Madrid que tanto roba a Catalunya y tan bien le llena los bolsillos para que siga viviendo del erario público como lleva haciendo desde que cumplió la mayoría de edad. Considerado el menos dotado intelectualmente de la numerosa familia Maragall, pasó dificultades para aprobar las oposiciones a funcionario incluso con la ayuda de su hermano Pasqual. El mismo al que usó y manipuló cuando estaba seriamente enfermo tras desertar del socialismo para pasarse a ERC. Y dando muestra de su catadura moral y de su talla ética.

Siendo entonces el más votado, le arrebataron legítimamente la alcaldía y comprobó que Roma no paga a traidores. Ahora ha probado de nuevo su propia medicina y, producto de su ineptitud, se ha llevado por delante la candidatura de Xavier Trias al proponer a la desesperada un pacto casi de geriátrico. Alejado a Madrid para que trabaje menos y moleste menos, allí se encontrará con Gabiel Rufián, otro personaje de su cuerda que no quieren ni en su Santa Coloma de Gramenet. Desde la capital del Reino de España verá qué les pasa a Junqueras y Aragonès en las próximas elecciones generales y cuando tengan a bien convocar las autonómicas ya con el Tete lejos de Barcelona.