Esteve Camps i Sala
La Junta Constructora de la Sagrada Família es una fundación de gran relevancia para Barcelona, dado que gestiona el día a día y futuro del templo más visitado de la ciudad (si no contamos como templo el Camp Nou, ahora en un estado poco atractivo para visitarlo por su remodelación). Pese a su capital importancia, la actividad de la Junta Constructora apenas se fiscaliza. El responsable de la opaca fundación es Esteve Camps i Sala, presidente delegado que tiene como capo a Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Barcelona.
El equipo de Esteve Camps (él no es proclive a dar la cara) ha realizado la rueda de prensa anual donde explican los escasos avances en las obras de la Sagrada Família, los mínimos datos económicos posibles sobre la fundación y alguna novedad sobre su actividad. Este año el director general de la Junta Constructora, Xavier Martínez, anunció a bombo y platillo la creación de un fondo social para entidades del tercer sector. Eufemismo de obras de caridad, se refiere a poco más de dos millones de euros cuando este año la Sagrada Família ha facturado más de 100 millones. Contento y satisfecho de sí mismo, ha tenido la desfachatez de declarar que el fondo “responde al espíritu inicial con el que se construyó la Sagrada Família, basado en la exaltación de la fe y la caridad”. Espíritu que no se corresponde con la avaricia de la fundación, ya que un dos por ciento de tanto beneficio no es generosidad.
Sin fecha para acabar una obra que, si se terminase, liquidaría el negocio de tanto personal interesado y beneficiado como Camps i Sala, la Junta Constructora prosigue con su plan de derribar edificios habitados para hacer una faraónica escalinata. Mientras, el fracaso es no acabar la basílica el 2026, centenario de la muerte de Antonio Gaudí. Porque aún faltan la torre de Jesucristo, cima del templo, la fachada de la Gloria, dos capillas, una sacristía y elementos de las cubiertas.
Mientras las obras se retrasan sine die, Camps i Sala y su santa compañía han abortado la idea de proyectar un mapping en la fachada del templo expiatorio con motivo del veinte aniversario de la Feria Audiovisual de Barcelona (ISE), desaprovechando un éxito internacional como el de la Casa Batlló. Pero su espléndida caridad es abrir tres días gratis la visita al templo con motivo de la Mercè.