Albert Batlle
El veterano socialista y concejal, Albert Batlle i Bastardas, es un abogado, político y gestor que igual ha servido para rotos y zurcidos en el Ayuntamiento como en la Generalitat. Cargado de santa paciencia, de origen cristiano, a menudo ha bailado con las más feas, que son la seguridad y las okupaciones en las garras de Colau. Libre de tan tóxica carga, se ha dejado de contemplaciones y saca la mano dura. Su primer puñetazo sobre la mesa ha sido multar con 420.000 euros a un propietario que alquilaba pisos como apartamentos turísticos ilegales. Su victoria ha costado meses de investigaciones y seguimientos de los inspectores de Ciutat Vella y de la Guardia Urbana. El golpe es un alivio para el sector legal de pisos turísticos, que lo esperaba desde que Collboni llegó a la alcaldía.
El sujeto sancionado es dueño de un edificio de la calle Ample, en el corazón de Ciutat Vella. Alquilaba catorce viviendas y las comercializaba como alojamientos turísticos a través de Booking y Airbnb. El truco consistía en que redactaba falsos contratos de larga duración. También desactivaba y activaba sus anuncios en las plataformas con nombres, fotos e inquilinos diferentes. Pero en realidad estaban ocupadas por turistas en pisos sin licencia. Batlle, teniente de alcalde de Seguridad y del distrito de Ciutat Vella, ha avisado de que serán implacables con quienes actúen igual para cometer infracciones. Además, enviará toda la información a la Agencia Tributaria para que ajuste las cuentas al presunto defraudador. Será un indeseable menos.