El co-fundador de Vivari, Yongmao Ji, regenta, junto a Chenxiao Ji, la macro cadena de panaderías-cafeterías que ya cuenta con cerca de 150 establecimientos en toda Barcelona. Los bajos precios que ofrece este conglomerado empresarial, conformado por multitud de establecimientos franquiciados, son acordes al trato que dispensa a sus trabajadoras --en su mayoría mujeres migrantes de procedencia suramericana--, según han denunciado a Metrópoli

Empleadas de las panaderías han relatado a este digital las múltiples tretas que se llevan a cabo en los locales y que se cargan sobre los hombros de los trabajadores, con gran parte de la presión del negocio. La respuesta del empresario chino Ji a la información de este medio, donde empleadas y exempleadas denunciaban las abusivas condiciones, ha sido enviar un burofax para exigir el derecho de rectificación. 

Este gigante de las panaderías incumple también, en varios de sus locales, con la normativa municipal, haciendo "competencia desleal" a los negocios de restauración, según afirmó el presidente del Gremi de Restauració, Roger Pallarols.

La de Ji no es una actitud transparente, pues apenas tiene huella digital. Más bien parece un empresario opaco como una roca. Según los registros oficiales, este personaje administra siete sociedades en Barcelona. Todas ellas revisten las mismas características: no han depositado nunca sus cuentas en el Registro Mercantil.

Las siete compañías que maneja en la Ciudad Condal el misterioso señor Yongmao Ji son algo similar a un consorcio "fantasma".