Joaquim Boadas (Girona, 1971) tiene claro que la seguridad de los jóvenes en las discotecas va por delante de todo. Por eso, como secretario general de la Federación Catalana de Asociaciones de Restauración y Musicales (FECASARM), ha decidido curarse en salud, premiando a aquellos locales de ocio nocturno de la ciudad que instalen detectores de metales en la entrada. ¿El objetivo? Localizar armas blancas.
Su auge en la capital catalana preocupa cada vez más al sector, que ha decidido pasar a la acción poniendo en marcha medidas de seguridad como esta para evitar desgracias mayores. Además, aquellas discotecas que cumplan con este requisito serán reconocidas con un distintivo de triple excelencia.
Para Boadas, se trata de una “gran campaña de disuasión para evitar que la gente acceda con armas blancas en los locales de ocio nocturno”. Sutton, Opium y Shoko ya cuentan con este tipo de instrumentos, mientras que otros locales como Input o Bastian Beach planean incorporarlos en breve.
Según los datos aportados por SIP-FEPOL, en 2023, la policía municipal recibió la friolera cifra de 4.384 denuncias por robos con violencia e intimidación en la capital catalana, un delito estrechamente relacionado con la tenencia de armas. Esta suma asciende hasta 13.677 si se tienen en cuenta los datos de los Mossos d’Esquadra y del resto de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE). Unos terribles datos que ponen sobre la mesa la necesidad de incorporar medidas como la propuesta por Boadas, que la patronal ha aplaudido.