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El proyecto ha sido muy costoso. Los propios residentes no querían abandonar sus casas, a pesar de que eran conscientes de que ya no podían aguantar muchos años más. Las casas baratas de Bon Pastor, construidas las primeras en 1929, se han ido derrumbando por parte de la Administración.

La concejal de Salud del Ayuntamiento de Barcelona, Marta Villanueva, es también la responsable del distrito de Sant Andreu, donde se ubica el barrio de Bon Pastor. Y lo que ha sucedido es que las casas que todavía están en pie han sido ocupadas por colectivos muy vulnerables. 

La situación no es buena. El proceso de derrumbe ha sido lento, entre otras razones se debe a la presencia de amianto en los edificios. Los vecinos han alertado de la inseguridad que comporta la ocupación de esas casas, ya en muy mal estado. 

Pese a la dificultad que entrañaba llevar a los vecinos a otros edificios, y derrumbar esas casas baratas, el proceso ha sido muy lento. Y ahora se pueden pagar las consecuencias con esas ocupaciones. De hecho, el derrumbe final de las casas que quedan se antoja más difícil porque ahora viven personas en ellas. El Ayuntamiento debe hallar una solución.