La Torre del Fang es una masía con siglos de historia, situada en la esquina de las calles del Clot y de Espronceda, en el antiguo municipio de Sant Martí de Provençals. El edificio está protegido y es un bien de interés local. Pero cualquiera que se acerque a verlo verá que está completamente abandonado, con la fachada del lado de Espronceda recubierta por una malla, las paredes llenas de grafitis y las ventanas tapiadas con ladrillos como si acabara de ser desalojado por la polícia tras una okupación.

Sólo el muro que bordea la calle del Clot impide ver en todo el esplendor el mal estado de la Torre del Fang. De momento, el Ayuntamiento no tiene ningún proyecto para el inmueble. La degradación continuará, seguramente algunos años más, hasta que se terminen las obras de la estación del AVE de la Sagrera. El equipamiento se encuentra ahora en el barrio de La Sagrera, justo en la frontera entre los distritos de Sant Martí y de Sant Andreu. Administrativamente, pertenece a Sant Andreu y desde allí se lleva ahora la gestión, aunque durante años dependió de Sant Martí. La masía está unida sentimentalmente a este último territorio. 

URBANIZACIÓN

"En el interior del edificio no hay previsto nada", dice el consejero técnico del distrito de Sant Martí, Marc Andreu. Sí que se está redactando el proyecto de construcción de la urbanización del parque del Camí Comtal, enfrente de la torre, entre las calles de Espronceda, Bac de Roda, Clot y las vías ferroviarias. Pero de momento, poca cosa más. 

La Torre del fang, vista desde la calle del Clot, con las ventanas tapiadas / JORDI SUBIRANA



Tampoco se sabe cuando podrán estar listas las obras de la estación de la Sagrera. "Ahora se está ejecutando el colector de aguas residuales de la Rambla de Prim", añade Andreu. Las obras del colector son importantes porque deberían desbloquear el proyecto de la estación, paradas desde hace años. La zona es ahora una gran esplanada vallada y en desuso, y en una de las esquinas está la torre. Recientemente, el ministro Íñigo de la Serna dijo que las obras estarían acabadas en 2020, pero los retrasos se multiplican.

TITULARIDAD MUNICIPAL

La Torre del Fang, una construcción hecha con arcilla, albergó los servicios de normalización lingüística y el centro de recursos pedagógicos y los archivos de Sant Martí, pero ahora lleva cerrada alrededor de 10 años. De hecho, la torre, de titularidad municipal desde 1984, estuvo a punto de ser derribada cuando se estaba construyendo el túnel del AVE, que debe unir las estaciones de Sants y la Sagrera.

Por aquel entonces, mandaba en la ciudad el PSC de Jordi Hereu, pero la fuerte oposición vecinal y la presión política --especialmente de CiU, que cuando gobernó tampoco encontró un uso a la torre-- lograron que se paralizara el derribo y que se llevaran a cabo algunos cambios en el proyecto que hicieron la obra más segura.

Se llegó a plantear el traslado de la torre a un solar de Sant Martí de Provençals, reconstruyendo las partes menos dañadas del edificio, que no hubiera aguantado la embestida de las obras, por la construcción del túnel. Finalmente se impuso el sentido común y fue necesaria una compleja operación de ingeniería para salvarla de la piqueta. La obra costó unos cinco millones de euros. 

El que fuera concejal de Sant Martí, Francesc Narváez, recuerda que en 2011, antes de cerrar su etapa como concejal del PSC, dejó un anteproyecto para convertir la Torre del Fang en un casal de barrio como pedían las entidades vecinales. El plan jamás se ha ejecutado. Narváez, que pasa habitualmente por la zona, advierte que la torre se encuentra en mal estado y que existe peligro de derrumbe.

Una fachada de la Torre del Fang y un contendedor oxidado, ambos llenos de grafitis / JORDI SUBIRANA



La masía tiene sus orígen a finales del siglo XIII o principios del siglo XIV, aunque algunas leyendas, como la del cor menjat de Joan Amades, sitúan en esta casa los amores de Dolça de Provença, mujer del conde Berenguer III, con un joven trobador en el siglo XII, explicaba en junio la periodista Cristina Palomar en Metrópoli Abierta.

La Torre del Fang, propiedad de familias adineradas, como los Galzeran de Gualbes, formaba parte hace siglos del núcleo de Sant Martí de Provençals. Fue una zona agrícola y de viñedos hasta mediados del siglo XIX, cuando se empezaron a construir algunas fábricas. En la guerra de 1714, las tropas borbónicas utilizaron la masía para bombardear Barcelona.

Desde 1852, el edificio convive con el tren. Justo al lado se construyeron algunas de las primeras vías ferroviarias de la ciudad y posteriormente las líneas hacia Francia. Más adelante, sobre 1918, el edificio lo compró Fomento y Contratas, que albergó allí sus oficinas. La zona se degradó enormemente cuando se ubicó allí, en 1947, el barrio chabolista de La Perona

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