Encuentran azufre en BCN, a pesar de estar prohibido

Los vecinos de Sant Andreu están alarmados. Esta semana, una de ellas, Sara, ha encontrado frente a un negocio de cerámica –cerca de la Meridiana–columnas impregnadas de azufre con el fin de que los perros no hagan sus necesidades en esos puntos. Se trata de una práctica que está prohibida en Barcelona y, de hecho, su incumplimiento puede acarrear una multa de hasta 750 euros.

En este caso, los suelos y la parte inferior de las columnas se encuentran llenas de esta sustancia. Otro de los vecinos ha alertado a través de las redes sociales de la peligrosidad que comporta pasear con niños por esa zona, sobre todo en días ventosos, como es el caso.

NO EXISTE EVIDENCIA CIENTÍFICA

La Guardia Civil y la Policía Nacional han advertido en varias ocasiones de los daños producidos por la sustancia y su “inutilidad” para evitar que los animales hagan pis. Es altamente tóxica y es una creencia falsa: no existe evidencia científica de su efecto repelente.

La contaminación del aire por el azufre tiene efectos en los seres humanos. Por ejemplo, dificultad para respirar, irritación en los ojos, daños en la garganta, alteraciones psíquicas, edema pulmonar, insuficiencia cardíaca, colapso circulatorio... De hecho, el dióxido de azufre también está asociado con el asma, bronquitis crónica, morbilidad y la alta mortandad en ancianos y niños.

NO SE PUEDEN ABOCAR PRODUCTOS

Según se establece en la Ordenanza de Medio Ambiente, publicada en el BOPB el 2 de mayo de 2011 en Barcelona, está prohibido abocar a la alcantarilla y en la red metropolitana todo tipo de materias o productos procedentes de usos domésticos, industriales, sanitarios, comerciales, de la construcción o de cualquier otro uso en estado líquido, sólido o gaseoso.

Así pues, de la misma forma en la que se sancionan las deposiciones de productos químicos en la vía pública, también son sancionables las deposiciones de excrementos de las mascotas si no son recogidas, y las micciones en las fachadas de los edificios y en el mobiliario urbano, según dictamina la Ordenanza Municipal del Ayuntamiento de Barcelona.