El realojo de los vecinos de las casas baratas del Bon Pastor está paralizado. La cuarta fase de la construcción de los pisos a los que deben ir a vivir los vecinos de las citadas viviendas, situadas junto al río Besòs, acumula un importante retraso. La cuarta fase, con un presupuesto de 32 millones, incluye 244 pisos distribuidos en cinco bloques. Las obras debían estar acabadas el tercer trimestre de 2020, pero no será así ni por asomo. Algunas de las construcciones solo tienen el esqueleto; en otras, la estructura está más avanzada, pero aún tardarán meses en ser una realidad.

Fuentes municipales reconocen que dos de las cinco obras están sin actividad porque la empresa “abandonó”. Así, sin más, indican desde el Ayuntamiento. Los proyectos se están licitando de nuevo y la intención es que las obras se puedan retomar a principios de 2021. “Ha sido un problema de la empresa contratada, no del Ayuntamiento”, se excusan desde el distrito de Sant Andreu. Metrópoli Abierta ha estado allí y la actividad es casi inexistente. El consistorio añade que el retraso se explica también por los meses en los que los trabajos han estado parados por el estado de alarma.

Un edificio que debe realojar a vecinos de las 'casas baratas', a medio construir / JORDI SUBIRANA



QUEJA VECINAL

El pasado 29 de septiembre, la asociación de vecinos AVIS del Bon Pastor presentó una queja en el Ayuntamiento. El presidente Josep Capdevila Oliveras pide explicaciones por la paralización de las obras. Capdevila cree que una de las empresas ha hecho fallida –aunque esta versión no ha sido confirmada por el municipio-. En conversación con Metrópoli Abierta, el representante jurídico-documental de la asociación, Luis Fernández, dice que “la pandemia no puede ser una excusa” y critica que el Ayuntamiento no contrate empresas solventes. En la reclamación, el presidente de la entidad vecinal pregunta si se ha sancionado a la compañía por incumplimiento contractual.

Fernández critica que los vecinos de las casas baratas que tienen que ir a vivir a los nuevos pisos deberán quedarse, al menos, otro año más en las viejas viviendas llenas de “filtraciones y humedades”. Las casas baratas son del Ayuntamiento, pero el miembro de AVIS asegura que el Patronato Municipal de la Vivienda no las arregla a pesar de que en algunas de ellas viven personas muy mayores. Se da la circunstancia de que la regidora de Sant Andreu y de Vivienda es la misma, la común Lucía Martín.

'Casas baratas' del Bon Pastor / JORDI SUBIRANA



PISOS Y ‘CASAS BARATAS’ ‘OKUPADAS’

La asociación vecinal denuncia otro problema. Algunos de los pisos nuevos de las tres primeras fase están okupados. Este medio ha solicitado información al Ayuntamiento, que no ha aportado los datos requeridos. “Es un despropósito se mire por donde se mire. Y el consistorio no da ninguna información. Veremos ahora cómo saca Colau a los okupas". Fernández afirma que también hay un par de casas baratas que han sido usurpadas. Según el vecino, 177 casas baratas son habitables y 51 están tapiadas. La intención del Ayuntamiento es conservar 16 de ellas. Cuatro serán casas-museo rehabilitadas, otras cuatro tendrán espacios expositivos con la historia de la vivienda en Barcelona y las ocho restantes funcionarán como equipamientos para el barrio, entre otros servicios.

Los bloques construidos para realojar a los vecinos de las casas baratas se empezaron a gestar hace más de dos décadas con la creación de una comisión de seguimiento. Las viviendas de la primera fase, 152, se entregaron en 2006; las de la segunda fase, 190, en 2010, y las de la tercera fase, 167, en 2017, según los datos municipales facilitados por el servicio de prensa. Fernández recuerda que los pisos de la tercera fase se entregaron con dos años de retraso. Las nuevos apartamentos tienen entre 60 y 90 metros cuadrados y los edificios disponen también de plazas de aparcamiento subterráneas. Tras la cuarta fase queda una quinta que todavía se tiene que iniciar.

Una 'casa barata', tapiada / JORDI SUBIRANA



CONSTRUIDAS EN 1929

Las casas baratas del Bon Pastor se construyeron en 1929 en el entorno de las actuales calles de Mollerusa, Sèquia Madriguera y Sant Adrià. Junto a las del Bon Pastor se construyeron en otros tres emplazamientos de la ciudad con el objetivo de “alojar de forma rápida y económica a una gran cantidad de población”, indica el Ayuntamiento en un texto informativo. En el Bon Pastor se levantaron 784 viviendas. En ellas fueron a vivir numerosas personas que hasta entonces dormían en chabolas.

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