La calle, de repente, se llenó de muebles. Muebles y más muebles. Sillas, luego mesas, plantas, sofás y hasta plásticos con los que formaron una “jaima”. Los vecinos de la calle Independència observaban con desconcierto la escena y trataban de descifrar los próximos movimientos. No entendían nada: un grupo de okupas se estaba adueñando del tramo que va de Mallorca a Provença con total normalidad. Entonces, los jóvenes recién llegados colgaron un cartel. “La empresa Egnatia Capital S.L. nos quiere desalojar... No esperaremos calladas en casa”, rezaba el mensaje.
Y así lo hicieron. Desde el pasado viernes se instalaron en la calle y, una semana más tarde, ahí siguen. Este “chiringuito”, tal como lo han denominado los vecinos, se ha convertido en un quebradero de cabeza para algunos. “El domingo por la noche montaron una fiesta con música a todo volumen hasta altas horas de la noche”, relata Neus Argilaga, de la empresa Motos Barcelona, a Metrópoli Abierta.
LA POLICÍA ESTÁ CORRIENTE DEL CASO
Ese mismo día los vecinos llamaron a la Guàrdia Urbana. “¡Los agentes ya lo sabían!”, exclama sorprendida Argilaga. “Habían negociado con ellos para que bajaran el volumen de la música y nos dijeron que habían pasado nota al distrito informando sobre la situación... porque ellos no iban a hacer nada sin instrucciones políticas”, relata.
Al parecer, en el edificio –que ha recibido la orden de desalojamiento por parte de la inmobiliaria– vivían cuatro chicas. “Muy tranquilas, nunca han dado problemas más allá de las bolsas de basura que acumulan en el patio interior”, dice la vecina. Al recibir la notificación, las chicas pidieron colaboración y llegó “gente de todo tipo” para ejercer presión. E hicieron de la carretera su casa. De hecho, en ningún momento han abandonado el “chiringuito”, incluso duermen ahí. Aunque también “entran y salen del piso okupado con naturalidad”, detalla.
LA CALLE CORTADA POR LAS OBRAS DE ADIF
Los okupas asentados en la vía pública molestan a los vecinos, pero no al tráfico: este tramo lleva cortado desde mayo a causa de las obras que está llevando a cabo Adif. Otro aspecto criticado –y motivo de queja en las audiencias públicas– entre los habitantes del Camp de l'Arpa del Clot.
Según la planificación de la empresa, las obras de las salidas de emergencia del túnel de alta velocidad se ejecutarán por fases. Iniciarán sus trabajos en la salida en la calle Mallorca con Nàpols a partir de mediados de febrero, tras lo cual la tuneladora se desplazará a la salida de Urgell-Provença después de este verano. Y, por último, perforarán en la salida Independència-Mallorca. Así que el corte en la calle –del que tanto se quejan los vecinos– va para largo.
EL PDECAT DENUNCIA LA "INSALUBRIDAD"
Por su parte, el concejal del PDeCat Raimond Blasi ha expresado su preocupación por la situación y ha denunciado las condiciones de “insalubridad”. “Alguien tiene que dar instrucciones”, ha subrayado en una conversación con este medio. Es por eso que su partido pedirá al gobierno de Ada Colau que tome cartas sobre el asunto, aunque visto el historial no creen que “actúen”. “¿En qué se está convirtiendo el distrito?”, ha lanzado de forma retórica.
Sant Martí –distrito en el que se encuentra el campamento que nos concierne– es uno de los más azotados por el incivismo, el ruido y la suciedad. A día de hoy aglutina la mayor oferta nocturna de la ciudad, ya sea por la zona de festivales (el Fòrum) o la de las discotecas (Vila Olímpica). Y las quejas, por ende, se han intensificado en los últimos años.
A la misma vez, es el distrito más paradójico de Barcelona. En él conviven el modernismo del 22@, la movida cultural del Poblenou y las numerosas startups con las decenas de chabolas, el “mercado de la miseria” y la creciente inseguridad del Besòs. Un contraste que salta a la vista como el de esta okupación en plena calle... que sigue adelante con impunidad.