Hasta hace algo más de un año, la calle de la Independència era una vía tranquila de dos carriles de circulación. La calle cruza los barrios del Clot y el Camp del Arpa del Clot y une la plaza de les Glòries con Sant Antoni Maria Claret. La parte norte sigue siendo una zona viaria tranquila. Sin embargo, la parte sur, principalmente entre las calles de Consell de Cent y Aragó, se ha convertido en una autopista, una vía rápida que ha llegado a tener cuatro carriles que los vecinos no quieren. En unos nueve meses, el tráfico se ha duplicado y los índices de contaminación se han disparado. El ruido es ensordecedor... Una autopista atraviesa el barrio del Clot. Y nadie la quiere.
En el tramo de Independència, entre Consell de Cent y Aragó, buena parte de los vecinos han colgado pancartas contra la decisión del gobierno de Ada Colau de ampliar el número de carriles de circulación. En los rótulos se puede leer "-Coches, + salud", "Autopista, no", "Stop contaminació", "Zona contaminada", "4 carrils no" o "Veïns en lluita"... Los residentes, unos 500 pisos, se empezaron a movilizar el pasado otoño "y no pararán hasta que la calle vuelva a tener dos carriles", explica Marisol Blanco, una de las vecinas afectadas e integrante de la plataforma Prou Trànsit.
CALLE DE LA RED BÁSICA DE TRÁFICO
El problema se inició hace alrededor de un año. Coincidiendo con las obras de Glòries y la construcción del parque de la Canòpia Urbana, "la calle pasó en Semana Santa de 2018 de dos a tres carriles y a principios del pasado verano creció hasta cuatro", recuerda Blanco. Sin embargo, la vecina opina que la decisión municipal va más allá de las obras de Glòries y el Ayuntamiento tenía la intención de convertir Independència en una calle de la red básica de circulación de la ciudad, como otras de la trama que Ildefons Cerdà diseñó en el Eixample. La zona también está afectada ahora mismo por la pacificación de la avenida de la Meridiana y la instalación de las salidas de emergencia en los túneles del AVE a la altura de Mallorca y que impide el paso de los vehículos en sentido montaña.
Tras meses de protesta y reuniones con el Ayuntamiento de Barcelona, los residentes han conseguido reducir la circulación a tres carriles. La medida se ha hecho efectiva hace cinco días. El pasado viernes, Metrópoli Abierta visitó la zona y todavía había cuatro carriles de circulación. El consistorio ha instalado aparcamientos de motos en uno de los laterales, pero están colocados de tal manera que apenas aparcan motos y los coches y el resto de vehículos invaden igualmente el carril para girar hacia Aragó. Como han denunciado los vecinos, las motos siguen aparcadas en las aceras ante la falta de una señal que prohíba estacionar.
LOGROS VECINALES
En algunos carteles colgados en la calle, los vecinos exponen algunas de las mejoras logradas. Además de reducir un carril, también han conseguido colocar contenedores de reciclaje en la esquina de Consell de Cent con Aragó, la retirada de la marquesina de bus e instalar otro semáforo en el cruce de Independència con Aragó. Pero dejan claro que todavía les queda por lograr su principal reivindicación: "Que Independència vuelva a tener dos carriles de circulación. Creemos que una parte importante del tráfico se puede desviar hacia otras calles, como Marina, Bac de Roda o Lepant", subraya Blanco.
Pedro es portero de la finca 257-259 de Independència, uno de los pocos edificios sin pancartas de protesta. Se trata de un inmueble de pisos de alquiler en los que viven profesionales que están en la ciudad cortos periodos de tiempo y a la propiedad no le molestan los coches sino las pancartas. Pedro dice que los mayores problemas de contaminación se dan a primera hora de la mañana y entre las 18.00 y las 19.00 horas. "Llevo 15 años aquí. Antes apenas pasaban coches. Ahora es insoportable. No hay un momento que no circulen vehículos". La calidad de vida de los vecinos ha caído en picado. "Hay días que a las 07.00 de la mañana el ruido es tremendo".
En ocasiones, el ruido y la contaminación son tan grandes que los residentes ni siquiera pueden abrir las ventanas. Otros se quejan de que tienen que estar limpiando continuamente las ventanas y los balcones. El problema de los humos se incrementa por la presencia de dos semáforos a la altura de Consell de Cent y Aragó que obliga a los vehículos a detenerse y a ponerse en marcha en dos ocasiones en apenas 100 metros, relatan desde la plataforma vecinal.
El Ayuntamiento no se ha querido posicionar ante la reivindicación vecinal de que la calle vuelva a tener dos carriles. "Habrá que esperar a medio plazo", afirman fuentes municipales. Con la finalización de las obras de los túneles de Glòries, prevista para los primeres meses de 2021, la movilidad de la zona cambiará, argumentan desde el consistorio. "El compromiso es continuar dialogando con los vecinos". Las mismas fuentes subrayan que algunas de las obras de superficie que se están ejecutando -parque de la Canòpia Urbana y Meridiana- acabarán en breve y eso permitirá ver, tras un periodo de observación, cuáles son los ajustes que son necesarios.