Botellón, orines, ruido y vómitos es lo que se han encontrado los vecinos del Triángulo Golfo del Poblenou en su vuelta a casa de las vacaciones. La realidad es que este problema en esta zona de Barcelona lleva décadas sucediénsose. Tras la pandemia, la situación ha ido a peor, como han denunciado los vecinos, sin que el Ayuntamiento de Barcelona haya sido capaz de poner coto.
"Esta es la bienvenida a casa", dice un vecino en un vídeo colgado este viernes en la redes sociales por la plataforma SOS Triángulo Golfo. En las imágenes se ve un tramo de la acera de la calle de Pere IV lleno de gente consumiendo alcohol en la vía pública, bolsas y botellas en las fachadas de los edificios, orines y vómitos.
UN TESTIMONIO
Hace tres meses, una vecina de la plataforma, Tamara, resumía a la perfección a Metrópoli lo que viven: "Las molestias no son solo de ruido y derivan en graves actos de vandalismo y delitos. Hay peleas, robos, se rompe el mobiliario urbano y se queman contenedores. En nuestra finca entraron y rompieron los buzones. También se orinaron en la escalera". En ocasiones, también se han producido incendios de contenedores.
Una de las medidas que anunció el Ayuntamiento para reducir los efectos de los botellones fue que las tiendas de alimentación de la zona cerrarían a las 22.00 horas -de miércoles a domingo- para evitar que se vendiera alcohol. Según el portavoz de la plataforma SOS Triángulo Golfo, Enrique Castro, esta propuesta ellos no la pidieron, ha dicho a betevé.
ACUSACIONES CONTRA COLAU Y BATLLE
Castro ha acusado a Ada Colau y Albert Batlle de haber mentido a los vecinos a la cara. Asegura que no se están aplicando medidas antiruido ni se multa con 600 euros por consumir alcohol en la calle comose anunció. El portavoz reclama también más presencia policial.