Miedo de los vecinos de una zona del Poblenou por la presencia policial en un "conflictivo" restaurante: el Quatre Vents. Los residentes en el número 94 de la calle de Fluvià han puesto en conocimiento de Metrópoli el temor que les inspira que el local esté frecuentado a diario por agentes de los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana. Unas visitas que, según los afectados, son frecuentes y les impiden denunciar las molestias que el negocio ocasiona.
Este medio ya se hizo eco del sinvivir de los vecinos: desde ruidos que sobrepasaban los decibelios permitidos hasta olores que emanaban de la cocina y entraban en las viviendas y golpes exagerados de puertas. A ello ahora se suma el supuesto "amiguismo" de los policías que recalan en el restaurante y los propietarios del lugar.
"A TODAS HORAS"
Uno de los vecinos del bloque, que prefiere mantenerse en el anonimato, ha asegurado que la presencia policial es constante: "De siete días a la semana están cinco, prácticamente todos. Vienen a desayunar, a comer, merendar... Los veo a todas horas", ha narrado. "A veces llegan en ocho motos y las aparcan delante del bar como si nada. Me parece excesivo".
A pesar de que la policía puede acudir a cualquier local en su rato de descanso de la jornada laboral, los testigos han explicado que los han visto bebiendo alcohol: "Los he llegado a ver tomando cerveza y con el uniforme puesto". Una acusación que los vecinos no han dudado en hacer, hartos de la situación: "Aquí vive mucha gente mayor que no se quiere quejar porque sobreentienden que si hay siempre tanta policía nadie les hará caso".
INCIDENTE CON UN HUEVO
Los afectados ya comentaron en su día que el ruido excedía por mucho los decibelios permitidos. Un hecho que una sonometría realizada por el Ayuntamiento de Barcelona confirmó. Sin embargo, desde entonces el problema ha persistido. Hace unos meses el "jaleo" llegó hasta tal punto que alguien de la comunidad lanzó un huevo a los clientes que se encontraban ocupando las mesas de la terraza del bar.
Uno de los residentes, el más activo en las denuncias contra el restaurante, ha contado cómo dos agentes acudieron momentos después hasta su domicilio para pedirle explicaciones por lo ocurrido: "De muy malas maneras y amedrentándome", ha confesado.
MOLESTIAS Y DEMASIADAS MESAS
Algunos clientes del bar, en la misma línea, han confirmado las versiones vecinales: "Sí, aquí paran muchos urbanos a echar el café. A veces incluso vienen en furgones", ha contado Miguel, un cliente habitual que suele desayunar en el lugar. "De hecho, ahora mismo hay dos dentro que están de paisano", ha señalado. Miguel lo ha explicado desde una de las numerosas mesas de la terraza del local, que a primera hora de la mañana son más de 15.
La situación, que se ha vuelto insostenible, tiene en jaque a toda una comunidad de vecinos que todavía soportan los problemas derivados del descontrol de un local que hasta hace poco, según los mismos, operaba sin licencia. Un extremo que el consistorio ya negó, sosteniendo que "el local tiene el correspondiente comunicado de actividad en orden".
RESPUESTA POLICIAL
El cuerpo de Mossos, por su parte, ha confirmado a este medio que la comunidad de vecinos presentó una queja en la comisaría de Sant Martí. La respuesta de la policía fue que se había puesto en contacto con el consistorio, quien a su vez les hizo saber que "no tenían ningún expediente abierto" contra el local. "Nos dijeron que los mossos podían ir a comer a cualquier lugar", han añadido los afectados.