Siete mossos niegan agresiones a tres detenidos por Can Vies

Siete antidisturbios de los Mossos d'Esquadra han negado ante el juez haber agredido a tres jóvenes que participaron en las protestas por el desalojo de la casa okupa de Can Vies, en mayo del 2014, en el barrio de Sants. Desde este lunes y hasta el próximo jueves, la Audiencia de Barcelona acoge el juicio contra los citados agentes por presuntas agresiones.

Las acusaciones particulares piden 15 años y medio de prisión para los policías por tres delitos contra la integridad moral y tres delitos de lesiones, mientras que la Fiscalía no aprecia delito y reclama la absolución.

INSULTOS Y CONTUSIONES

Los hechos ocurrieron hacia las once de la noche del 28 de mayo del 2014 en la calle del Rosés. Según los tres jóvenes, los policías les rodearon, insultaron y agredieron con sus armas. Los chicos sufrieron contusiones en distintas partes cuerpo. Uno de ellos, además, tenía el tabique dislocado, y otro necesitó puntos de sutura por un corte en la cabeza.

Los agentes han negado los insultos y haber usado sus armas contra las personas agredidas, y sólo han admitido haber utilizado la porra para dispersar a un grupo de manifestantes. Ninguno de los acusados ha admitido intervenir directamente en la detención de los tres jóvenes, aunque así lo recoge el atestado policial, y han dicho que la actuación fue llevada a cabo por otros mossos.

El sargento encargado del dispositivo ha explicado que al bajar de la furgoneta se dedicaron a dispersar "a la veintena de manifestantes que había en la calle del Rosés". A estos agentes les acompañaba otro grupo de policías que circulaba en otro vehículo que tenía la misma orden, "dispersar y detener a los manifestantes". 

Los siete agentes acusados han explicado que al salir del vehículo intentaron disolver a las personas que se encontraban delante de la furgoneta y que, al volverse, los agentes del otro vehículo ya habían detenido a cuatro manifestantes, entre los que se encontraban los tres denunciantes.

OTRO JUICIO

Se da la circunstancia que los policías arrestaron a los manifestantes por provocar daños en los vehículos policiales y la agresión a un agente. Por estas acusaciones los jóvenes fueron juzgados y condenados a penas mínimas, sin llegar a ingresar en prisión. Esta vista ha transcurrido paralelamente a la iniciada este lunes contra los policías.

La acusación particular ha recriminado a los agentes que tras la detención no llevaran a sus clientes a un hospital para que les atendieran por las heridas sufridas, ya que uno de ellos sufrió una lesión en la cabeza.

Los policías acusados han admitido que eran conscientes de que los detenidos estaban heridos, aunque han negado ser los autores de las lesiones, y han explicado que, debido a los disturbios en la calle, con "barricadas y piedras", no fue posible la asistencia de una ambulancia. Trasladaron a los detenidos a la comisaria de plaza de Espanya, después a la de les Corts y, finalmente, les llevaron al Hospital Clínic.

El ministerio público ha reconocido las lesiones de los tres jóvenes, pero ha remarcado que se desconoce quiénes son los autores. La Fiscalía, además, asegura que los siete agentes encausados no agredieron a los chicos "ni les dieron golpes con la intención de menospreciar su integridad corporal".

CORPORATIVISMO

El abogado de la acusación particular, Eduardo Cáliz, ha valorado que los agentes han dado "versiones contradictorias" al atestado policial. Y ha pedido evitar "el corporativismo mal entendido".  Opina que los agentes se encubren entre ellos para no permitir aclarar quiénes causaron heridas graves a sus clientes, y ha confiado en que el tribunal valorará todas las pruebas en su conjunto.

El juicio proseguirá este miércoles con las declaraciones de las tres personas denunciantes y de tres testimonios.