La pacificación de las calles que el gobierno de Ada Colau promueve algunos fines de semana en algunas arterías principales de la ciudad volverá tras el verano. El Ayuntamiento trabaja en la apertura de los ejes viarios siguientes: Via Laietana, Aragó, Gran Gràcia, Creu Coberta-calle de Sants, paseo de Sant Joan-Pi i Margall y Fabra i Puig-Onze de Setembre, dentro del programa Obrim els carrers. La vigilancia se externalizará de nuevo. Al menos será así en el eje de Sants, con un coste de más de 40.000 euros.
El proyecto ha sido bien recibido por cientos de barceloneses, aunque también ha sido muy criticado, entre otros por los comerciantes de Via Laietana, para los que la clausura de la calle un sábado por la mañana suponía un descenso en las ventas. La iniciativa también ha costado un montante importante de dinero a los barceloneses. Solo en el control de accesos, el cierre de las calles durante la desescalada ha supuesto a los ciudadanos 1,2 millones de euros en personal auxiliar.
TODOS LOS FINES DE SEMANA
El contrato se adjudicó por la vía de urgencia, es decir sin concurso público, al estar relacionado con la crisis sanitaria. Ahora, el Ayuntamiento ha iniciado la licitación, esta vez sí, con oferta pública, de la vigilancia de los cortes de tráfico en el distrito de Sants-Montjuïc para el segundo semestre del año. El coste previsto es de 41.864,06 euros, IVA incluido, para seis meses. En este eje, la circulación se cerrará todos los fines de semana, informó el Ayuntamiento a principios de julio. La clausura de la Creu Coberta-calle de Sants se hará de 16.00 a 20.00 horas, según la información que figura en el pliegue técnico.
Además del eje de Creu Coberta-calle de Sants, las calles en las que se cerrará la circulación todos los fines de semana serán Via Laietana y el eje del paseo de Sant Joan-Pi i Margall. En Gran de Gràcia y en Fabra i Puig-Rambla Onze de Setembre, los cortes se harán un fin de semana al mes, y en Aragó, de punta a punta, los coches dejarán de ser los dueños un domingo por trimestre. Fuentes municipales indican que todavía se está trabajando en el horario de los cierres.
SEGURIDAD POLICIAL INEXISTENTE
El proyecto de Obrim els carrers ha llegado para quedarse, pero haría bien el Ayuntamiento en dejar en manos de la Guardia Urbana, junto a los Mossos d'Esquadra, la vigilancia, y no en empresas externas. El pasado febrero, cuando se inició esta iniciativa, Metrópoli Abierta ya advirtió que estas clausuras, sin unas rigurosas medidas de seguridad, eran un riesgo para los barceloneses. La amenaza de sufrir otro atentado terrorista sigue más presente que nunca, y más tras la detención, este martes, de dos yihadistas en el Raval,
Durante la desescalada, el control de los cruces lo ha gestionado la empresa Brothers Control. En muchos cruces, la presencia policial era inexistente, y la vigilancia recaía en jóvenes con escasa experiencia. La contratación de este personal auxiliar lleva tiempo realizándose. "Son servicios habituales, pero no tendrían que ser normales", subrayan representantes de los sindicatos de la Guardia Urbana. El propio jefe de la policía local, Pedro Velázquez, justificó el contrato ante la falta de efectivos policiales.
MOBILIARIO URBANO ANTITERRORISTA
El consejero de Barcelona pel Canvi y mosso en excedencia, Òscar Benítez, se muestra muy crítico con estos dispositivos y defiende la necesidad de desplegar a la policía y mobiliario urbano antiterrorista, como bolardos o macetas de gran tamaño, como las que se han colocado en la calle de la Marina a su paso por la Sagrada Família.