Fin al culebrón de El Molino. Tres años después de que el Ayuntamiento comprara este equipamiento, se ha encontrado un operador para gestionarlo: será Barcelona Events Musicals, la organizadora del festival de música Cruïlla.
La entidad será la encargada del mítico cabaret durante los próximos cuatro años, y contará con la colaboración de diversos agentes musicales de la capital catalana, como el Dorado, la Associació de Músics de Jazz o BarnaSants, además de las escuelas de música de la ciudad. La concesión será de uso privativo de dominio público y el pliego contempla la posibilidad de prórrogas.
Nuevo hogar musical
El objetivo del Ayuntamiento de Barcelona, que compró el inmueble en 2021 por 6 millones de euros, es convertir el espacio en el nuevo hogar de “las músicas minoritarias, con una especial preferencia por las músicas de raíz, la canción de autor, el jazz, el flamenco y la rumba catalana, pero estando también abierto a otras disciplinas artísticas y expresiones culturales”.
Además de convertirse en un eje de la creatividad musical, el teatro quiere tener una dimensión pedagógica, y ofrecerá visitas escolares, talleres de formación y clases maestras, así como micros abiertos, jam sessions, ensayos de artistas, charlas sobre música y presentaciones.
Collboni saca pecho
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha querido destacar que la adjudicación "permite avanzar en el compromiso de recuperar el mejor Paral·lel como eje estratégico de la música y las artes escénicas". En el futuro, está previsto que El Molino se complemente con la recuperación del teatro Arnau.
Fin del culebrón
La antigua gestora del cabaret, la empresa Ociopuro, explicó que confiaba en el proyecto de la administración municipal, ya que no quería que El Molino se convirtiera en "un puticlub".
El anterior consistorio, que comandaba Ada Colau, quiso convertir el espacio en la red de Casas de la Cultura de Barcelona, un proyecto que finalmente se truncó.