La inseguridad en la parte alta de Barcelona ha llegado a cotas increíbles e inimaginables hace pocos años, a la par que se ha disparado el nivel de agresividad y violencia de los asaltantes. Robos en casas con los inquilinos dentro, tirones de bolsos, hurtos en los coches, atracos a niños y jóvenes en la puerta de los colegios, tiendas de lujo asaltadas por el método del alunizaje… Como en los 80, los barrios ricos de Barcelona están en el punto de mira de la delincuencia.
La oleada de robos tiene sus primeras consecuencias. Comercios, clínicas privadas, colegios y comunidades de vecinos recurren a la seguridad privada para protegerse de la creciente delincuencia. Comerciantes del Turó Park se organizan para contratar seguridad privada, la zona del colegio Oak House cuenta con un coche de vigilancia privada día y noche, la Clínica Teknon ha reforzado todos los turnos de vigilancia y los vecinos de la Bonanova también demandan mayor seguridad privada. Esta última es una zona caliente de la delincuencia en la parte alta de Barcelona. Fuentes vecinales aseguran que existe una creciente sensación de inseguridad, incluso en lugares supuestamente tranquilos, como por ejemplo el cementerio de Sant Gervasi.
PREOCUPACIÓN ENTRE LOS VIGILANTES
En conversación con este medio, diversos servicios de seguridad privada --que trabajan en la zona vigilando fincas privadas-- aseguran tener más trabajo del habitual. "No damos abasto. A veces nos domina un poco el miedo porque los turnos los suele cubrir una sola persona, y poco puedes hacer si te topas con una banda que quiere perpetrar un robo sí o sí", destaca R., un vigilante de una comunidad de vecinos cercana, que prefiere mantenerse en el anonimato. Además, asegura que "los Mossos cada vez tardan más en llegar cuando avisas de la presencia de sospechosos”.
Otro vigilante del barrio de la Bonanova afirma que “antes esto era una zona muy tranquila, y nunca pasaba nada”, pero que después del “confinamiento duro la cosa se ha complicado mucho”. La única solución que ven por el momento es “duplicar turnos y contar con vigilantes de seguridad privada, y no solo con auxiliares”. Una opinión que comparten muchos vecinos. Consideran que “la Guardia Urbana tiene la zona abandonada, han dejado de patrullar” y recalcan que los Mossos también han reducido su presencia en este y otros barrios de la parte alta. Desde los servicios de vigilancia detectan la misma problemática. “Antes siempre paraban, comentábamos y compartíamos impresiones con ambos cuerpos. Ahora cada vez se les ve menos”, comenta un agente de seguridad.
Las empresas de vigilancia confirman una mayor demanda. "La falta de seguridad pública, combinado con la inseguridad creciente, está provocando que la gente con dinero contrate servicios de seguridad privada", señala una fuente del sector. Y añade: "Ya no es solo en la parte alta, también hay municipios que han contratado mayor seguridad privada para suplir la falta de presencia policial".
MÁS QUE PERCEPCIONES
Más allá de las percepciones, los datos corroboran que los delitos van al alza en la zona alta de la ciudad. Una de las cuestiones que más preocupa a la policía catalana y a los responsables municipales son los atracos a los escolares en este distrito. En este sentido, en la comisión de Presidencia de la semana pasada, se aprobó una proposición de Ciutadans (Cs) para poner en marcha un plan específico de seguridad que acabe con los robos en entornos escolares de Sarrià-Sant Gervasi. De momento, los vecinos destacan que no ha habido cambio alguno en lo que a refuerzo policial se refiere.
Entre los meses de enero y febrero hubo 40 robos de este tipo en la zona alta de Barcelona. Tal y como pudo saber Metrópoli Abierta, las víctimas fueron siempre menores de edad, a partir de los 12 años. Los ladrones deambulaban sobre las 13:00 horas, aprovechando que los escolares salían de los colegios, para asaltarles. También aprovechaban la caída del sol, entre las 18:00 horas y el toque de queda, a las 22:00 horas, para robar a otros menores.
DESPLAZAMIENTO DESDE ZONAS TURÍSTICAS
Una de las causas que apuntan fuentes policiales a este aumento de robos en Sarrià - Sant Gervasi es la ausencia de turistas en la ciudad. Según estas mismas fuentes, los ladrones y bandas especializadas en robos a turistas se han encontrado “sin mercado” en el centro, por lo que han tenido que cambiar su tipología de víctima. Ante la falta de gente adinerada en las zonas turísticas, los ladrones se han desplazado a las zonas residenciales pudientes, uno de los pocos lugares que les quedan para desarrollar su actividad delictiva. Como en los 80, el rico ya no está tranquilo en las alturas de la ciudad.