La alarma saltó el pasado enero en el colegio Monestir de Santa Isabel de Sarrià. Los robos eran diarios y la preocupación se extendió rápidamente por los padres del colegio. Grupos de menores se dedicaban a atracar a sus hijos cuando salían del colegio. En total, se han registrado más de 40 robos entre diciembre y enero. Los dispositivos de Mossos d'Esquadra y Guardia Urbana han conseguido atajar la oleada de robos.
Las víctimas siempre eran menores de edad, a partir de los 12 años. Los ladrones deambulaban sobre las 13.00 horas aprovechando las salidas de los chavales de los colegios de la zona para asaltarles. También aprovechaban la caída del sol entre las 18:00 y el toque de queda, que empieza a las 22.00 horas. Principalmente se quedaban con los móviles de los niños.
SIETE MENORES DETENIDOS
El presidente de la Asociación de Vecinos Tres Torres, Luis Tusell, nada acostumbrado a estos episodios en la zona alta barcelonesa, explica que los Mossos han resuelto cuatro casos y han detenido a nueve personas, siete de ellas menores de edad. "Está siendo bastante dramático", relataba una madre en un grupo de Whatsapp durante el punto álgido de los robos.
Los alrededores de la estación de Ferrocarrils de Sarrià es uno de los puntos calientes donde las víctimas eran asaltadas. También robaban en la plaza de Artós, en la calle Major de Sarrià y en el parque de la Villa Amelia.
SEIS PATRULLAJES
Desde los Mossos confirman el incremento de robos en la zona e informan del "despliegue" de dispositivos policiales destinados a terminar con estos episodios delictivos. Se han efectuado seis patrullajes de paisano y con agentes uniformados para dar caza a los rufianes. Dos de ellos eran niñas y fueron fotografiadas por un padre del colegio.
El tráfico de drogas también empieza a ser más visible estos últimos meses en la zona exclusiva de la Ciudad Condal. El pasado noviembre, los vecinos del Turó Park, denunciaban la presencia de traficantes en las calles, un escenario poco habitual en el distrito de Sarrià - Sant Gervasi. Los residentes apuntaron, entonces, a la falta de turistas y al cierre de discotecas, para explicar el trapicheo en el Upper Diagonal.